Este verano tuve la ocasión de charlar un rato con una antigua amiga que hacia tiempo que no veía y con la cual coincidí en la playa de Somo. Ella sigue trabajando en la misma empresa de servicios desde hace ya casi veinte años; y claro fue inevitable…
No llevábamos ni cinco minutos de conversación y me soltó una retahíla de quejas sin parar:
“pues sigo en el mismo sitio”,
“…haciendo lo de siempre…”,
“..me pagan así así…”,
“ …estoy harta de hacer siempre lo mismo…”,
“…creo que un día de estos me van a echar…”,
“…que rollo los clientes de siempre…”, etc.….
En fin que no pude reprimirme y la pregunté:
-“Oye y ¿porque no te montas por tu cuenta?, con la cantidad de tiempo que llevas aquí tendrás un montón de contactos ¿no?”
A lo cual me contestó de una manera sorprendente (para mi):
-“No que dices, eso es imposible , si yo no se hacer nada. Y los contactos realmente quien los tiene es mi jefe no yo”.
Volví a preguntar nuevamente:
-¿Cómo que no sabes hacer nada? , ¿y que llevas haciendo en la empresa veinte años?
A lo cual, para terminar, me respondió:
-“Domingo, yo se hacer lo que me mandan, nada más».
Aquella respuesta me dejó tocado, de hecho he tardado varias semanas en digerirla para poder comentarla aquí; resulta que en toda una vida lejos de centrarnos en aprender un oficio, o aprender a hacer algo, especializarnos, en fin usar el verbo que prefiráis, y lo único que hace en la empresa es: “obedecer”.
Y estoy hablando de una persona con estudios universitarios, ¡Ojo!.
¿Pero que nos han enseñado a ser?: ¿Profesionales o trabajadores?.
Que ocurre, ¿que cuando trabajas no puedes pensar? ¿No debes de crecer? ¿De superarte?. El caso es que lo he comentado con otras personas, y sorprendentemente algunos me han dicho que eso es lo correcto, que ella pensando así “tiene un trabajo estable” (es decir con nómina) y los que no, pues eso, somos “autónomos” u otras cosas.
Repito: ¿Pero que nos han enseñado a ser?.
Mi amigo Sebas, que aunque el se denomina maestro yo le considero un sabio moderno, me comento que más allá de la ya conocida zona de confort hay otra zona más peligrosa, y de la que nadie habla denominada zona del aburrimiento; en la cual la gente en nombre sus hijos, de la hipoteca, de las responsabilidades, del status, etc., se sitúa a lo largo del tiempo en espera….¿De qué amigo Sebas? ¿De qué?
El bien más preciado que tenemos es el tiempo, y este no es infinito, es finito; ¿podemos tirar nuestra vida para pagar la casa en la que seguramente no vivirán nuestros hijos?
No me extraña que mucha gente pierda la ilusión, pero no hay un solo tren que pasa por nuestras vidas una vez, hay cientos de trenes, a diario, mejores o peores, más lentos o más rápidos, pero hay trenes; no debemos de quedar mirando como pasan, debemos de cogerlos, Ya mismo!!!! Hoy mejor que mañana.
Todas las personas, absolutamente todas, tenemos talento y valores dentro de nosotros, sólo que necesitamos sacarlas a relucir en el ambiente apropiado y con la compañía apropiada.
No hagamos de nuestra estación el final del viaje sino todo lo contrario, que sea el principio, confiemos ciegamente en nosotros mismos y salgamos a ser felices con nuestro trabajo, que como dice Woody Allen; “Hagamos lo que hagamos no vamos a salir vivos de esta vida”.
Da gusto leerte!
Derrochas vitalidad y transmites energía. Pero …. Creo no es suficiente revulsivo.
Que tal te va? Confió en que te vaya estupendamente.
Si te dejas invitar tienes un desayuno pagado.
Un abrazo
José Luis.