Hay veces que debido básicamente a nuestra ignorancia cuando oímos una palabra “rara”, es decir que no usamos frecuentemente, nos produce cierto rechazo; sin embargo si le damos una oportunidad a dicha palabra a lo mejor nos llevamos una sorpresa.
Pues eso me ha ocurrido a mí con la palabra que quiero compartir con vosotros y que quizás conozcáis: Metanoia
Proviene del griego metanoien, para cambiar una mente. Es un enunciado retórico utilizado para retractarse de alguna afirmación realizada, y corregirla para comentarla de mejor manera. Su significado literal del griego denota una situación en que en un trayecto ha tenido que volverse del camino en que se andaba y tomar otra dirección. Esta palabra también es usada en teología cristiana asociando su significado al arrepentimiento, sin embargo y a pesar de la connotación que a veces ha tomado no denota en sí mismo culpa o remordimiento, sino la transformación o conversión entendida como un movimiento interior que surge en toda persona que se encuentra insatisfecha consigo mismo.
Para los griegos, significaba un desplazamiento o cambio fundamental; más literalmente trascendencia de la mente (meta, por encima o más allá, como en “metafísica” y noia, de la raíz nous, “de la mente”). Hallamos la raíz griega meta en muchísimas palabras de uso corriente, tales como metáfora, metafísica, metamorfosis, etc.
Por ejemplo tomemos la palabra Metamorfosis; es la palabra que describe la transformación de la forma en la vida de los insectos como la transformación de una oruga en mariposa. Es un traslado, transferencia o transformación de una estructura a otra del todo nueva y que yace más allá de la anterior. La partícula ‘meta’ indica transferencia, traslado o transformación. Denota algo ‘más allá’.
La segunda parte de esta palabra —noia— proviene del griego nous, que significa mente. Por consiguiente, la palabra metanoia tiene entonces que ver con la transformación de la mente.
¿Por qué, entonces, la palabra arrepentimiento resulta inadecuada? O, dicho de un modo más preciso, ¿por qué constituye aquí un error? La palabra castellana ‘arrepentirse’ proviene del latín poenitare que quiere decir tener pena. Penar, sentir pena, lamentar, es un estado de ánimo que todos experimentamos de vez en cuando.
La palabra griega metanoia yace muy por encima de este significado. No se refiere a un estado de ánimo. No contiene ni la menor sugestión de pena o lamentación. Se refiere a una nueva mente, y no a un nuevo corazón, pues es del todo imposible cambiar el corazón, cambiar la manera de sentir, sin haberse hecho una mente nueva. Y una mente nueva significa una nueva manera de pensar, una modalidad de pensamiento totalmente nueva, con ideas nuevas, con nuevos conocimientos, con una actitud enteramente nueva hacia todo en la vida.
Bueno y después de toda esta historia como podemos traer todo esto a nuestro aprendizaje, a nuestro día a día en pleno siglo XXI, pues muy sencillo os doy tan sólo cinco ejemplos:
- Ser mejores humanos.
- Recrearnos a nosotros mismos.
- Capacitarnos para hacer algo que antes no podíamos.
- Percibir nuevamente el mundo y nuestra relación con él.
- Ampliar nuestra capacidad para crear, para formar parte del proceso generativo de la vida.
Día a día seguimos en la queja, y lo que es peor empiezo a conocer gente que se siente culpable, pero ¿Por qué? ¿Por no haber hecho las cosas bien?, si aceptamos esos errores corregirlos es fácil pero a través de la transformación y no del arrepentimiento que algunos ignorantes situados en el poder empresarial quieren inculcar sobre sus trabajadores.
Nosotros podemos y debemos decidir nuestro camino, pues bien llevémoslo a cabo, hagamos nuestro plan, definamos claramente, muy claramente unos objetivos y trabajemos por ellos.
Creo que no debemos “recrearnos” (de recreo), en lo que estamos haciendo o en lo que deberíamos estar haciendo, y dar paso a la verdadera “recreación” de nosotros mismos.
Semana tras semana no me canso de repetir que estamos en un cambio de época no en una época de cambios, y es hora de recrear todo nuestro entorno, pero eso sí: nosotros primeros cuando hayamos cambiado todo cambiara incluso el mundo.
Que os parece si dejamos de hablar y de intentarlo y nos ponemos manos a la obra.
Sólo cambiando vosotros primero podéis cambiar el mundo a continuación.
Regla nº115 “El mundo está lleno de excusas, por eso tropezamos tanto con ellas.”.