Decir "no" a tiempo

Los chinos que son muy sabios, aunque yo prefiero decir los orientales, dicen que si te caes siete veces te debes levantar ocho. Este proverbio, dicho o refrán no es nuevo, al menos para mí que lo llevo aplicando bastante tiempo.
Siempre he pensado que en occidente, o al menos en España, interpretábamos mal este consejo, ya que siempre nos han educado para no caernos: gran error.
Eso de que la vida es un camino de rosas es una mentira histórica con la que hemos crecido muchos y que nos ha perjudicado, porque no hemos aprendido a levantarnos, y lo que es peor cuando caíamos esperábamos a que otros: papa, mama la tía el profesor, nuestro hermano mayor un amigo, quien fuera nos levantara.
A medida que hemos ido creciendo hemos visto que las caídas son numerosas, y eso que hoy sólo me refiero a las caídas nuestras no a zancadillas o empujones. Si revisamos nuestras vidas están llenas de ilusiones que queríamos cumplir y que de repente no lo conseguimos, de ese trabajo que queríamos, de esa chica o chico que nos gustaba, de ese viaje que queríamos hacer.
Alguna que otra vez he hablado de Randy Paush y su libro “La última sesión” (http://www.amazon.com/Last-Lecture-Randy-Pausch/dp/1401323251/ref=sr_1_fkmr0_1?s=books&ie=UTF8&qid=1454297011&sr=1-1-fkmr0&keywords=the+last+session+randy+paush).
En ese magistral discurso el Doctor Paush explicaba que los muros no aparecen para detenernos sino para poner a prueba lo que de verás queremos conseguir, pero a pesar de ello nosotros preferimos las lamentaciones, lamernos nuestras heridas y llorar con nuestros amigos lo malos que somos por no poder conseguir algo.
Yo amigos lo siento pero ya estoy harto de lamentaciones, crecí en una familia que siempre se lamentaba del triunfo ajeno, siempre oía que a fulanito le había tocado la lotería, que menganito había heredado, que si mi primo era más inteligente que yo, que si mi amigo era mucho mas guapo que yo, y por supuesto también compartí tiempos profesionales con gente sin escrúpulos que pisaban a su alrededor sin «ton ni son»… para mi y a pesar de lo que sufrí todo esto eran creencias y falsas.
Es muy importante ser conscientes y tener cuidado como vemos el mundo, porque el mundo acaba siendo como lo miramos. En realidad, nuestras creencias acaban deviniendo realidades, es decir, lo que creemos tiende a ser lo que creamos.
Muchos de vosotros recordareis Rocky, para mi una magnifica película, pues en ella hay una frase que el entrenador le dice una vez a Balboa y que resulta muy ilustrativa para lo que estamos comentando hoy: “lo importante no son los golpes que tu puedas dar sino los que seas capaz de soportar”.
A lo mejor, todavía no hemos aceptado esta situación pero si miráis tranquilamente a vuestro alrededor veréis que en cualquier proyecto o casi en cualquier situación de la vida lleváis una temporada recibiendo, quizás flojito pero “recibiendo”.
Lo malo de esto es que cuando recibes, bajas la cabeza y te miras la punta de los pies, y así no llegamos a ningún sitio.
Os voy a proponer un ejercicio para esta semana, recordáis a los monjes del siglo XVIII, esos que llevaban la coronilla rapada. Seguro que todos habéis visto el nombre la rosa ¿no?, pues a esos monjes me refiero.
Bien esos monjes se pelaban la coronilla porque desde ahí tendían un hilo con Dios y eso les hacia ir por el mundo mirando hacia adelante e incluso con la mirada subida, pues bien raparos mentalmente la coronilla esta semana y andar de esa manera con la cabeza alta, y si os caéis levantaros rápidamente y sonriendo, acordaros del monje acordaros de Rocky Balboa acordaros de quien queráis pero levantaros tenemos mucho que hacer.
Y lo más importante: saber decir que no cuando sea necesario.

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