Vidas de Pelicula

El famoso director de cine español José Luis Garci, dijo una vez “que una cosa era el cine y otra mucho más peligrosa era la vida”.
Yo que soy un cinéfilo empedernido me he tenido que recordar muchas veces esta frase para tomar conciencia de donde vivo y de cómo suceden las cosas en la realidad. Aquí no suelen ganar “los buenos” siempre, y también casi siempre aquí “los malos” no pagan sus fechorías.
A veces la chica se queda con el que no debe y los objetivos no se cumplen con tanta facilidad.
Lo peor de todo es que no creo que tengamos muy claro el reparto de papeles, ya que no me imagino a nadie reconociendo su condición de “malo de la película”; aquí, en la realidad, vivimos un rodaje en el que inicialmente todos somos buenos y los “demás” son los malos; bueno ni siquiera eso, porque como ahora vivimos en una época de educación y buenas formas, por más que a mí me parezca mediocridad, no hay malos sino “tontos”; es decir vivimos una película en la que no existen los malos todos somos buenos o muy buenos y de vez en cuando aparece algún tonto, pero vamos nada grave.
Claro está, que si hablamos de vencedores y vencidos, o incluso de pobres y ricos, aquí si que podemos distinguir reparto y elenco, y eso es lo que nos pasa a nuestra sociedad y por lo tanto a nuestros equipos de trabajo en las empresas; que hemos desarrollado un esquema de jefes y empleados, de ganancias o pérdidas y hemos perdido el rol de la colaboración, del esfuerzo, de la pasión.Estas actitudes son símbolo de vulnerabilidad y eso se sigue entendiendo como debilidad, como frágil y claro en un mundo de dureza y fortaleza sólo los fuertes sobreviven.
Sin embargo, esos planteamientos “tradicionales” de poder, fortaleza se caen día a día, por mucho que las grandes empresas en su desesperación depredadora siga bajando, o mejor dicho tirando precios, aunque se siga negando el valor real a las pymes y a las personas autónomas que tiran del carro con todas sus fuerzas; aunque nos quieran hacer creer que sólo existen las empresas del ibex35, el mundo está cambiando.
Y está cambiando hacia un estado de cooperación, de colaboración, de buen servicio, donde la innovación sea una costumbre y no una excepción; donde la calidad prime sobre todas las características de la empresa, donde se recupere la pasión por lo que hacemos y que nos traiga como consecuencia esa felicidad de la que tanto hablamos ahora.
Sólo tenemos que cambiar un “chip” nos han educado o nos han contado que la felicidad es gratis y que todos debemos ser felices por naturaleza, eso no es así la felicidad es una opción y quien la quiera se lo tiene que trabajar.
La felicidad no es gratis, primero hay que querer ser feliz y hay que saber qué significa para cada uno de nosotros ser feliz. Si para ti tener un trabajo que no te gusta pero que te permite pagar la hipoteca de una casa, que por cierto tampoco te gusta, significa ser feliz, pues bien esa es tu felicidad.
Pero si disfrutar de lo que haces, porque lo haces con pasión, porque te ilumina los ojos y además te permite ayudar a sentirse bien a otros es tu manera de ser feliz pues adelante.
Cada uno debemos definir nuestro modelo de felicidad, pero no sólo con nuestros amigos y nuestra familia los fines de semana, no que va, sino durante todos los días en el trabajo, en los estudios, solamente así podemos ser felices de verdad.
Debemos disfrutar del camino y no de la meta final, ¿Cuál es nuestra meta final? ¿Terminar la carrera?, ¿casarnos?, ¿tener hijos?, ¿comprar una casa? Está claro que esto como mucho son metas volantes, aquí hemos venido a algo más que a comprar una casa ¿no?
¿Y podemos hacerlo? Claro que si con o sin dinero, aunque esta segunda opción es más incómoda; sin embargo la fe en uno mismo y la pasión por lo que haces te da más satisfacciones al final, ganes o no.
Este fin de semana hemos visto como un equipo de futbol humilde ha ganado la liga de futbol que era sólo posible para los grandes, además ha llegado a semifinales de la copa y a la final de la champion. Para los equipos grandes, anquilosados en formulas arcaicas del pasado, sólo la victoria les vale; mientras que los humildes han demostrado de lo que son capaces, se han divertido y ha ilusionado a millones de personas.
Pase lo que pase, ya han ganado, lo han conseguido; obviamente si encima ganan el titulo mucho mejor, pero repito: una cosa es el cine y otra la vida.
Si disfrutáramos más del camino que de obtener el objetivo al precio que sea, puede ser que nuestra vida cambie y mejore notablemente; nuestros valores aflorarán pero no sólo los básicos como es el del triunfo, sino los que hemos olvidado: esfuerzo, tesón, pasión, alegría, constancia.
Repito la felicidad no es gratis hay que trabajársela y eso nos saca obligatoriamente de la zona de confort, otra vez. Ya sé que es más fácil apuntarse al equipo ganador y al que tiene mejor plantilla, de esa manera te garantizas alegrías casi continuas todos los años.
Don Santiago Bernabeú, dijo hace mucho tiempo que “no entendía como se podía ser de un equipo pobre teniendo la oportunidad de ser de un equipo rico en la misma ciudad”, quizás Simeone se lo ha explicado.
Regla nº124 “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado.(Gandhi).”

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