Suposiciones

Feliz Navidad amigos. Resulta que, poco a poco, llegamos al Post número 20 del proceso social; veinte semanas removiendo nuestras experiencias, y tratando de dar nuevos puntos de vista que nos ayuden a mejorar nuestro entorno y por lo tanto nuestra propia vida. Muchos amigos, y creo que yo también, presuponíamos que esta aventura iba a terminar en el cuarto o quinto Post, sin embargo esto parece que sigue adelante y, por tanto, nos hemos equivocado unos cuantos.

Y es que una característica muy humana es nuestra capacidad para presuponer, es curioso pero creo que somos los únicos animales sobre la tierra que disponemos de los mecanismos mentales para proyectarnos hacia el futuro o viajar al pasado, pero amigos esta inigualable capacidad de trasportarnos en tiempos, digamos “psicológicos”, a menudo nos juega malas pasadas.

Fijaros que poca diferencia hay entre presuponer y dar por hecho. Es como si solo porque se nos ha ocurrido algo, vaya a ser cierto. Vamos a ver un ejemplo y de paso  nos reímos un poco: una pareja que aprovechan los mediodías para comer siempre que pueden: ella piensa “si no me ha llamado es que no vendrá a comer”, por ejemplo, lo piensa así porque eso es lo que haría ella en esa situación. Una vez planteada la hipótesis, lo suyo sería comprobarla (“churri, ¿vendrás a comer?”). ¡Pues no! Con frecuencia la hipótesis misma actúa como realidad. ¿Qué ocurre? La otra persona, que no ha podido llamar antes, lo hace ahora para anunciar que, aunque tarde, vendrá a comer.

-“Oh, es que como no me has llamado he supuesto que tendrías trabajo y ya he comido por ahí.” El otro se cabrea porque no entiende la suposición:

-“Me podías haber llamado, ¿no?”

-“Es verdad, pero he supuesto que como me dijiste que tenías mucho trabajo y posiblemente no tendrías tiempo ni para comer… Además, la última vez que tuviste mucho trabajo ¡ni se te vio el pelo!”

-“Sí, es cierto, pero te avisé. Y hoy no te he dicho nada…”

-“Bueno no sé…es que vi tan claro que hoy no vendrías…”

El caso es que nos montamos una película solos y luego queremos convencer al otro de que lo pensado estaba bien pensado. Y no siempre es así. Por lo que he podido comprobar las presuposiciones juegan muy malas pasadas.

En la oficina, las presuposiciones actúan de forma devastadora. ¿No os pasado nunca que después de distribuir tareas por ejemplo, a la hora de la verdad nadie las hace, o las hacen de otra forma? ¿Qué ha pasado? Los de un departamento han entendido que eso lo haría otro departamento, los del otro han entendido que vale, que lo harán cuando tengan tiempo. Otros sin embargo han entendido que se trata de un proyecto y alguno siempre decide hacer oídos sordos.

¿Qué es lo que realmente ha pasado? Que todo se da por supuesto. A menudo pensamos que hay cosas que se sobreentienden, y ese es el caldo de cultivo para las presuposiciones.

Dejemos de presuponer que las personas son suficientemente responsables como para saber o entender “lo que hay que hacer” o pensar que las cosas “ya se harán” No caigamos en la trampa de pensar que los demás lo verán como yo.

Clarificar lo que queréis, como se quiere y quien lo va a hacer, y aún no conforme con ello, aseguraros de que lo han entendido.

Eso no es ningún signo de desconfianza, como algunos creen, sino todo lo contrario, es una garantía de que lo “hemos entendido”

La regla de hoy se la cojo prestada a Gandhi.

Regla nº20:”Escribe lo que quieres hacer y luego haz lo que has escrito; pero además que un tercero que no te conoce verifique que lo has hecho”.

 

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