Trampolines Empresariales

Es curioso: hace tiempo me hubiera parecido patético saber que cuatro millones de personas ven, “o vemos”, como una serie de famosos se tiran de un trampolín, desde muy alto y casi siempre de pie. Sobre todo pensando que nunca he conocido a nadie que durante las olimpiadas vea esta especialidad.

También me hubiera resultado extraño conocer que la estadística entre el salto del Falete y un partido de Champion ha variado en cien mil espectadores nada más. Y sobre todo hasta me agrada saber que la industria del bañador ha relanzado su negocio y que el mismísimo Falete se ha visto desbordado en la fabricación de sus bañadores, ya que resulta que este seño tiene un negocio de diseño de bañadores.

Esto sí que es un ejemplo de reinverntarse, un ejemplo de emprendedores; eso que ahora parece que está tan de moda y al que de una forma u otra la sociedad nos anima a llevar a cabo. Pues que mejores ejemplos que estos valientes, ya que no olvidemos que saltar desde diez metros aunque sea de pie no lo haríamos todos.

Creo además que es bueno que la sociedad de nuestro país se quite esa máscara de hipocresía y vaya descubriendo que este tipo de estupideces le gusta; aunque a mí me queda una duda que curiosamente siempre la he tenido con la fiesta nacional. NO me queda muy claro si mucha gente ve estos espectáculos con la idea de divertirse o de comprobar en directo como uno de estos “emprendedores” se da un golpe de impresión contra el agua o incluso contra el bordillo.

Esta brutalidad se da muy frecuentemente en la empresa, como nos gusta animar y ver como algún compañero se da el gran golpe cuando intenta hacer o generar alguna cosa. Lo triste, porque esto sí que es triste, es que algunas veces nos alegramos o se alegran de gente que intenta mejorar las cosas o hacer algo nuevo, de hecho ese tipo de personas son las que primero solemos lanzar al trampolín para ejecuten su salto y a poder ser “mortal”.

La multitud es un buen refugio de la ignorancia y la cobardía; no hay nada menor que refugiarse en grupos para, desde allí, escondernos y criticar u opinar ocultos; de manera que nuestra opinión forme parte del grupo.

Por supuesto que a pesar de las cifras que dan loe estudios de audiencia tengo muy claro que no es una mayoría la que ve en televisión esas estupideces, o las que este verano se van a disfrazar de “faraláes” en las playas; sin embargo esa es la sensación que da y esa es la que la prensa transmite cuando realmente hay una inmensa mayoría que supera a los aficionados al salto de trampolín y casi si me apuras a los aficionados al futbol que pensamos cosas productivas, que nos gustaría enviar o mostrar mensajes formativos a nuestros hijos, con ejemplos de valores o acciones positivas y enriquecedoras para su futuro.

Y si esto es así y por supuesto también lo es en la empresa, porque permitimos que esos “palurdos” sean los que salgan retratados en la foto, porque permitimos que esos “ignorantes” y sobre todo “COBARDES” (esto creo que es necesario ponerlo en mayúscula), que no quieren cambiar de trabajo ni permiten que otros lo mejoremos o lo reinventemos, sean los que “manejan la situación”.

Cada vez creo que más en una revolución cultural, en una nueva generación de personas que aprecien y respeten el conocimiento en detrimento del “lameculismo encubierto” y de la “imagen atrofiada” por el confort y el miedo a perder la silla.

Ignorantes por defender una silla estáis perdiendo algo mucho más importante: la dignidad y el respeto hacia vosotros mismos.

Me viene a la mente la película “Sin perdón”, cuando después de muchos avatares al final Clint lo deja muy  claro: “Si volvéis a molestar a estas mujeres, volveré y os mataré a todos”.

 Regla nº79: “Sin dignidad personal no hay respeto; sin respeto no somos nada”.

4 comentarios en “Trampolines Empresariales”

  1. Para qué te respeten date a respetar, siempre necesitamos bufones de distracción para evadir la realidad y para ello unos cuantos Faletes. Excelente Regla

  2. Para qué te respeten date a respetar, siempre necesitamos bufones de distracción para evadir la realidad y para ello unos cuantos Faletes. Excelente Regla

  3. Para qué te respeten date a respetar, siempre necesitamos bufones de distracción para evadir la realidad y para ello unos cuantos Faletes. Excelente Regla

  4. Para qué te respeten date a respetar, siempre necesitamos bufones de distracción para evadir la realidad y para ello unos cuantos Faletes. Excelente Regla

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