Hoy inicia su colaboración con el Proceso Social; Francesc Baldirá. Este es su primer Post y espero que sea un ejemplo de lo que el es capaz de aportarnos para encontrar ese camino que mejore nuestro bienestar social en la empresa. Bienvenido Francesc a la que esperemos sea tu casa por mucho tiempo.
Permitirme que empiece por una obviedad. En nuestras organizaciones actuales se ha hecho patente más que nunca la necesidad del trabajo en equipo por muchas razones, pero sobre todo, para conseguir esa riqueza de ideas que da como resultado el aspecto diferencial, novedoso o innovador que nuestro producto o servicio requiere para competir con posibilidades de éxito.
Para alcanzar un verdadero espíritu de trabajo en equipo es requisito ineludible que exista un elevado grado de solidaridad entre las personas que lo componen, entendiendo la solidaridad como la generosidad que nos permite facilitar al otro, aquello que está en nuestra mano y que le ayuda a realizar su trabajo con mayor eficiencia. La solidaridad es bidireccional, aunque se entrega unidireccionalmente sin esperar reciprocidad automática. Si nos acotamos a la que se produce dentro de los límites de nuestra organización, hablamos de “solidaridad interna”.
Ahora bien, estamos asistiendo a un difuminado de fronteras, a todos los niveles, y el de las organizaciones no es una excepción. El co-working, las join-venture, … obligan a empresas y profesionales a cambiar competitividad por solidaridad, probablemente de forma temporal. Es la “solidaridad externa”.
Esta nueva exigencia de solidaridad externa requiere que tengamos aprobada la asignatura de la solidaridad interna. No podemos construir el primer piso del edificio si la planta baja no es lo suficientemente sólida y robusta.
La primera pregunta que se desprende de lo anterior, podría muy bien ser: ¿podemos asegurar que nuestra organización ya tiene un nivel adecuado de solidaridad interna?. Creo que muchos de los que estáis leyendo habéis asistido a espectáculos de competencia entre equipos de una misma organización: “A ese departamento ni agua, porque una vez …”, “…que cada palo aguante su vela…”, “… yo me centro en mis objetivos …” Si estas sentencias o similares os son familiares y las encontráis en vuestra organización evidencian un déficit de solidaridad interna.
Pero es que, además las nuevas exigencias de colaboración, el mercado nos obliga a ser capaces de ser solidarios con nuevos equipos de otras organizaciones y, más difícil todavía, que son o han sido competidores nuestros. Y aquí viene la segunda cuestión: suponiendo satisfactoriamente resuelta la solidaridad interna, ¿son capaces nuestros equipos de abordar con éxito los nuevos retos de solidaridad externa que seguro se les van a presentar? o dicho de otra manera ¿son capaces de trabajar en equipo con personas de organizaciones externas?
Pero es que, no es suficiente con capacitar a nuestra organización para el trabajo en equipo. La necesidad de colaboración temporal con grupos externos y los cambios constantes a que estamos sometidos, requieren una gran dosis de flexibilidad. Considerando lo anterior, la capacidad de trabajar en equipo, tanto interna como externamente, cuando las circunstancias lo requieran y con gran rapidez de adaptación, da lugar al concepto de “solidaridad flexible”. Por tanto, una variante de la segunda pregunta con el factor velocidad incorporado, nos llevaría al tercer interrogante, ¿somos capaces de trabajar en equipo con personas de organizaciones externas, adaptándonos con rapidez?.
Necesitaremos, realmente las necesitamos ya, personas y equipos capaces de aportar “solidaridad flexible”, de ponerse a trabajar en equipo, de forma prácticamente inmediata, con organizaciones externas y poco conocidas, con otros métodos de trabajo, cultura empresarial y valores. Este reto requerirá personas que aporten generosidad, pasión y entusiasmo. No hablamos de conocimiento, es una cuestión de actitud y de cualidades humanas. Sin ellas, los miedos vencerán y la colaboración será más cosmética que real y, en consecuencia, obtendremos un resultado muy por debajo del esperado.
¿tenemos en nuestros equipos las personas adecuadas? y caso de tenerlas ¿estarán dispuestas a ser lo suficientemente generosas y aplicarse con la pasión y el entusiasmo necesarios?. Seguramente sí las tenemos, aunque quizá no todas las que necesitaremos, ni todas ellas mostrarán la necesaria disposición.
La tarea fundamental será descubrir, en nuestras organizaciones, dónde están esas capacidades y conseguir ese cambio de actitud en las personas clave, necesario para que nuestros equipos incorporen en su ADN una nueva característica, la “solidaridad flexible”.
Pero, atención!, si nos ponemos a ello, hay que tener bien presente que se trata de una educación más que de una formación. Hablamos de cambiar actitudes. Es un cambio más profundo que el acto de adquirir unos conocimientos o una disciplina, con cursos que persiguen simplemente una certificación o, a veces, cubrir el expediente. Se requiere una verdadera y profunda vocación de cambio cultural que impregne toda la organización. En caso contrario, tiraremos el tiempo y el esfuerzo.
Las organizaciones necesitarán identificar a las personas que potencialmente puedan aportar solidaridad flexible y convertirlos en protagonistas del cambio.
La solidaridad flexible sólo se conseguirá con un cambio de actitud, acompañado de una vocación de promoción activa de la dirección de la organización. La actitud no es fácil de cambiar. Requiere un discurso sincero, escuchar a las personas, ayudarles a identificar barreras, proporcionarles herramientas para superarlas, y explicar bien “para qué” es necesario el cambio. En definitiva se trata de poner en marcha ese potente motor interior, que todos tenemos, llamado voluntad. Sólo lo habremos conseguido cuándo cada uno de nuestros colaboradores decidan que quieren realizar el cambio.
Entonces, ¿cuándo empezamos?
¡Enhorabuena, Francesc! Genial tu debut como bloguero. Espero que tus ideas por fin tenga cabida en las organizaciones, y por supuesto seguir leyendote. Abrazos. Ana
¡Enhorabuena, Francesc! Genial tu debut como bloguero. Espero que tus ideas por fin tenga cabida en las organizaciones, y por supuesto seguir leyendote. Abrazos. Ana
Muchas gracias!!! Yo también espero seguir aportando reflexiones por mucho tiempo…. 🙂
¡Enhorabuena, Francesc! Genial tu debut como bloguero. Espero que tus ideas por fin tenga cabida en las organizaciones, y por supuesto seguir leyendote. Abrazos. Ana
¡Enhorabuena, Francesc! Genial tu debut como bloguero. Espero que tus ideas por fin tenga cabida en las organizaciones, y por supuesto seguir leyendote. Abrazos. Ana
Muchas gracias!!! Yo también espero seguir aportando reflexiones por mucho tiempo…. 🙂