“En el verano de 1830, Víctor Hugo se enfrentaba a una tarea imposible: doce meses antes, el famoso autor francés había aceptado un acuerdo con su editor para escribir un libro titulado El jorobado de Notre Dame.
En vez de escribir el libro, Hugo se pasó el año entero enfocándose en otros proyectos, compartiendo con invitados y posponiendo el trabajo indefinidamente. Su editor estaba frustrado por su procrastinación constante y terminó por imponerle una fecha límite, improbable de alcanzar: febrero de 1831… en menos de seis meses.
Hugo desarrolló un plan para controlar su procrastinación. Recogió todas sus ropas y las encerró bajo llave; se quedó solo con un chal grande. Al no tener ninguna ropa adecuada para salir, ya no tenía la tentación de abandonar la casa y distraerse.
Su única opción era quedarse allí y escribir.
La estrategia funcionó; permaneció en su estudio cada día y escribió furiosamente durante el otoño e invierno de 1830 El jorobado de Notre Dame fue publicado dos semanas antes de la fecha pautada, el 14 de enero de 1831”.
Los seres humanos hemos estado procrastinando por siglos. Hasta los artistas prolíficos como Víctor Hugo no son inmunes a las distracciones de la vida diaria; el problema es tan antiguo que los filósofos griegos como Sócrates y Aristóteles desarrollaron una palabra para describir este tipo de comportamiento: Akrasia.
Akrasia es el estado de actuar en contra de tu buen juicio. Ocurre cuando te pones a hacer algo cuando bien sabes que deberías estar haciendo otra cosa, en definitiva: es lo que te impide terminar lo que te has propuesto hacer.
A mi personalmente este tema me asusta ya que cada día mi lista de tareas crece a pesar de que todo el día estoy trabajando, o al menos eso es lo que creo yo.
Y esto lo he visto claramente en mi Blog. creo que el 3 de Julio de 2017 hice mi última entrada oficial, son casi 500 días sin atenderlo.
Evidentemente han ocurrido otras cosas, porque eso encima me agobia más, durante esos 500 días he impartido conferencias que tengo que comentar, he conocido gente nueva extraordinaria de la que aprender cosas que compartir con vosotros, he visitado países nuevos y sobre todo he conocido casi 15 empresas nuevas donde he podido compartir muchos momentos de aprendizaje y transferencia de conocimiento.
Quizás esto haya impedido que atendiera el Blog en condiciones, y eso que en la lista de tareas estaba siempre entre las tres primeras.
Quizás signifique que no sé priorizar, pero cuando lo hacia, el Blog estaba siempre en las primeras posiciones de nuevo.
Toda esta reflexión que estoy compartiendo con vosotros me lleva a pensar que quizás no tengamos que planificar tanto, que quizás nos deberíamos de dar algo de “liviandad” en nuestras planificaciones y apelar más a nuestra responsabilidad.
Yo no voy a guardar toda mi ropa como hizo Victor Hugo, pero si me veo en la responsabilidad de contestar a Javier Garzas, por ejemplo, cual es la mejor película de Star wars que me lo preguntó hace un año casi, o responder a las casi quinientas personas que puse en la posición de la Grulla el año pasado en la PAM 2018, para explicarles a qué deberíamos de “dar una patada”, hablaros de Guatemala o de como los emprendedores en Perú son mejor vistos que aquí en España, hablar sobre el GDPR y lo pesada que se pone la gente cuando sale algo nuevo, o como poder hacer auditorias sin llevar una corbata puesta.
Son muchos los temas a compartir así que volvemos a vernos semanalmente y quien sabe sin antes incluso.
Por una vez voy a proponer frases a las que no debemos hace caso, y es que me ha venido a la cabeza una de William Hazlitt que decía: “Cuanto más hacemos, más podemos hacer”. Este famoso escrito inglés del siglo XVII,muy conocido por sus obras humanistas, nos lleva a un ser humano capaz de hacer mucho más de lo que se propone. Tiene toda la razón, pero yo ahora necesito hacer precisamente eso, las cosas que necesito, y escribir es una de ellas.