Todos los fines de semana cuando veo en la TV la serie “Mega construcciones” me suelo quedar maravillado durante las casi tres horas que dura cada episodio al ver como un grupo de personas son capaces de coordinar su competencias, sus culturas, sus deseos, sus ilusiones o simplemente sus trabajos para construir grandes portaviones, submarinos atómicos, puentes que cruzan mares u océanos o rascacielos imposibles.
Un grupo de hombres y mujeres de aspecto rudo muchas veces, que cuentan como sufren, como piensan, como fracasan y vuelven a intentarlo y sobre todo como de manera conjunta, en equipo, son capaces de finalizar sus proyectos.
Qué bien, que ilusión, que bonito tiene que ser empezar un proyecto y terminarlo; evidentemente casi cualquier profesional puede vivir esta experiencia en su sector, y digo casi cualquier profesional porque yo pertenezco a un sector que precisamente no se caracteriza por la finalización de sus proyectos: El sector de las Tecnologías de la información.
Ya incluso esta afirmación es confusa ya que mucha gente conoce este sector como el de la Informática, otros el de las TI o IT dependiendo de su inglés, y otro espectro como el sector de las TIC. Curioso sector este que no tiene una definición concreta como punto de partida, y eso que todavía no hemos hablado de sus profesionales; ¿Qué somos? Informáticos, ingenieros, técnicos, programadores….
Yo tengo un amigo, Javier, que dice que un día todos los informáticos nos iremos de la tierra en los platillos volantes en los que llegamos, y la verdad es que a veces o le falta razón a Mi amigo. Más que extraterrestres como el bueno de ET yo diría que estamos más cercanos a los mutantes de X-men.
Si, no me digan que nunca lo han pensado, no han estado nunca explicando a su técnico el problema que tienen y han visto atónitos cómo durante una hora les ha estado escuchando sin tomar ni una nota, claro porque los informáticos tenemos una memoria portentosa, o no les ha ocurrido cuando el mismo técnico les ha entregado meses después su programa que ni funciona ni hace lo que ustedes querían sí que se le caiga la cara de vergüenza.
Así podríamos poner muchos ejemplos más, si embargo las tecnologías de la información son una realidad que afectan a todos los servicios, productos o trabajos que podamos pensar y que forman parte de nuestra vida cotidiana, en lo social, profesional e incluso personal, si no miren a su alrededor y digan en voz alta algo que no tenga un “software” por detrás.
Es por eso por lo que no tenemos más remedio que llegar a comunicarnos y comprendernos con estos peculiares “extraterrestres” y conseguir que al igual que ese grupo de la serie que mencionaba al principio de este relato, juntar dos lados de un inmenso rio o construir una plataforma petrolífera en mitad del océano, seamos capaces de que nuestras aplicaciones y servicios de TI nos aporten valor y nos hagan sentir satisfechos.
Con esta idea nace este Blog que no va a tratar de ninguna herramienta ni de ningún proceso de TI, sino de otro tipo de proceso que hace que esos procesos de TI puedan servir en nuestras organizaciones: el proceso Social.
No podremos seguir viendo herramientas para escribir requisitos sino sabemos escuchar o escribir, no podremos planificar si no sabemos que para que tengamos que planificar, no podremos probar nuestro software si no sabemos realmente que es lo que tenemos que probar y cuanto nos cuestas o ni siquiera cuanto tiempo nos va a llevar hacerlo.
Escribir, pensar, escuchar, agradecer, pedir, enseñar, preguntar, actuar, negociar, reescribir, fracasar, triunfar, son algunas de las actividades que el proceso social tiene y que esos profesionales de las TI también tenemos, porque en el fondo, también somos terrícolas normales y corrientes.
1ª regla del proceso Social: los informáticos también pertenecen a la raza humana normal y común. Por lo tanto pueden reír, amar, comer y relacionarse como el resto de los humanos.