La Educación

Me ha parecido interesante hablar de educación esta semana en la que, por enésima vez, nuestros políticos dicen que van a reformar el sistema educativo en el que están inmersos nuestros hijos. Yo creo, sinceramente, que en todo el mundo se están utilizando modelos educativos inspiradores, y eso es lo que me gustaría que ocurriera en nuestro país; es curioso que un país que ha servido de inspiración a escritores, pintores, artistas de todas las épocas, sea casi incapaz de encontrará la inspiración para él mismo.

Al principio de esta semana, llegó a mis manos unos documentos sobre un colegio que hay en el norte de Italia en la ciudad de Reggio Emilia. En esta pequeña localidad, a principios de la década de los setenta, apareció un método innovador para la educación prescolar.

Este método considera que los niños pequeños son curiosos intelectualmente, imaginativos y tienen un magnifico potencial, de manera que los planes de estudio están dirigidos hacia ellos; los maestros enseñan sus lecciones según lo que dicten los intereses de los alumnos. Este método hoy en día es conocido como el enfoque Reggio, y en él dedican mucho tiempo al arte, ya que creen que los niños pueden aprender múltiples lenguajes simbólicos a través de la pintura, la música, el teatro, el cine y otras formas de arte.

No pretendo hacer ni mucho menos un post político, sabéis que no es mi estilo ni mi intención, pero lo que realmente me maravilló de esta experiencia es un poema del fundador, Loris Malaguzzi que quiero compartir con vosotros, para que no solamente reflexiones sobre lo que queremos para nuestros hijos, sino para que también podamos ahondar o visualizar sobre nuestras debilidades actuales, ya que alguna vez también fuimos niños ¿o no?

Os dejo con el poema:

El niño
Está hecho de cien.
El niño tiene
Cien lenguajes
Cien manos
Cien pensamientos
Cien modos de pensar
De jugar, de hablar.
Cien, siempre cien
Modos de escuchar
De maravillarse de amar
Cien alegrías
Para cantar y entender
Cien modos
De descubrir
De inventar
Cien modos
De soñar.
El niño tiene
Cien lenguajes
Y cientos más
Pero le roban noventa y nueve.
La escuela y la cultura
Separan la cabeza del cuerpo.
Le dicen al niño:
Que piense sin manos
Que trabaje sin cabeza
Que escuche y no hable
Que entienda sin alegría
Que ame y se asombre
Sólo en Pascua y en Navidad.
Le dicen al niño:
Que descubra un mundo que ya existe
Y de cien
Le quitan noventa y nueve.
Le dicen al niño:
Que el trabajo y el juego
La realidad y la fantasía
La ciencia y la imaginación
El cielo y la tierra
La razón y los sueños
Son cosas
Que no están unidas.
Le dicen, en resumen,
Que le cien no existe.
Pero el niño exclama:
¡Que va, el cien existe!

Regla nº25:”Lo que determina nuestra vida, no es lo que nos pasa, sino lo que hacemos con lo que sucede”.

 

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