Incompetentes

Diariamente, oigo a mi alrededor que estamos haciendo una sociedad mediocre. Que la mediocridad reina en nuestras empresas. Que fulanito o menganito es un o una mediocre. Pero, realmente, no estoy muy de acuerdo.

El diccionario define a un mediocre como alguien de calidad media, de poco mérito, o incluso dice que tirando a malo. Por eso no estoy de acuerdo. Yo no veo gente de calidad media. ¿Vosotros creéis que esas acciones que ahora vemos en la tele, de nuestros bancos, es debida a gente de calidad media? ¿Cuándo nos retrasamos más de seis meses en el desarrollo de un proyecto, pensáis que es por gente de poco mérito?

Yo más bien creo que hay mucho incompetente -que es muy distinto a mediocre. Además, podemos y debemos dar gracias a la crisis, porque una de las cosas buenas que ha aportado es –precisamente- dejar al descubierto a toda una banda de incompetentes que no solo están en la parte de arriba de las organizaciones. La incompetencia no es privilegio de los altos cargos. En la base, y en los grupos operativos, también existe.

Realmente siempre ha existido. Yo me acuerdo -en el cole- que igual había equipos de fútbol de los buenos y de los malos. No como ahora, que con pagar una actividad extraescolar ya hacen de tu hijo una estrella, aunque sea un tuercebotas de primera. Pues también existían los listos y los tontos; los que aprobaban todo con sobresaliente, y a los que les quedaban todas.

Lo malo de la incompetencia actual -o mejor dicho-, lo triste es que está  siendo premiada. En mis tiempos se soñaba con tener estudios para acceder a un buen trabajo, o incluso tener una idea y conseguir crear algún negocio de la nada. Ahora, sólo es necesario saber actuar, mentir descaradamente, cambiar de opinión -tanto como sea necesario-, y no tener el menor reparo a robar a cualquiera que se te cruce, para que tu cuenta de resultados personal brille.

Y… ¿sirve para algo? Yo creo que no. Bueno, vale para vivir una vida falsa que dura poco. Aunque a los que lo vivimos en directo nos parezca que mandan y gobiernan, y que estos incompetentes son los “reyes del mambo”, ya que parece que viven estupendamente, con maravillosas vacaciones y lujosos coches. Con grandes sueldos con el que podrán dejar mucho dinero a sus hijos, -si es que tienen. Además, no les preocupa si irán al infierno, pues se ríen de esa ridícula amenaza. Encima, viven rodeados de un montón de “cucarachas sociales”, que les hacen la pelota, pero no paran de buscar el momento en el que se la puedan clavar por la espalda.

Hay una cosa que nunca tendrán: el respeto de  la gente el día que llegue su funeral.

En todo entierro es cuando se comprueba -por el gesto de las personas- la honestidad del difunto. Estos incompetentes, que habrán disfrutado mucho en vida, no serán nunca despedidas con honores; porque tendrán a muchas cucarachas como auténticas carroñeras.

Hace unas semanas ya contaba en un Post que mi mayor referencia ha sido mi padre, a quien vi rodeado en su funeral de personas que le despidieron desde la máxima admiración. Mi padre no realizó ningún descubrimiento universal, ni ganó mucho dinero, pero siempre puso amor en cada cosa que hacía.

Todos tenemos en nuestra vida alguien a quien admiramos; a quien nos gustaría parecernos. Pero nos cuesta hacerlo -o incluso nos avergüenza un poco-, ya que ahora lo que te hace subir es la mentira y la inmundicia, no los valores.

Ya eso de trabajar duro para subir en tu empresa no vale. Ahora, hay que ser políticamente correcto; es decir: un hipócrita de mierda. Sin visión, presumiendo de los éxitos del pasado, y contando historias que hicieron otros, y que se atribuyen a sí mismos como experiencia vital.

¿Os dais cuenta que los niños, cuando ven un partido de futbol, aprenden antes las marrullerías que el juego limpio? Pues a nosotros nos ocurre lo mismo; es mucho más fácil ser un golf@, que una persona honesta.

Por eso mismo, a pesar que ahora se premie la incompetencia, deben prevalecer nuestros valores más humanos: la fe en las personas, en el trabajo bien hecho, en la denuncia constructiva, en el deseo de hacer cosas, de ayudar a los demás. Por encima de presupuestos y de rescates ficticios, que lo único que llevan detrás es el asentamiento de las cucarachas y los incompetentes.

Pisemos a esas “cucarachas”, y oigamos cómo crujen sus pensamientos por debajo de nuestros valores. Tomemos la referencia de gente honesta y valiente que hemos conocido, y tratemos de imitarlos. Tengamos paciencia y constancia. Los malos solo ganan en las películas, y de vez en cuando.

Regla nº45: ”Cuando la marea baja, te das cuenta quién se estaba bañando en pelotas”.

16 comentarios en “Incompetentes”

  1. Domingo Felicidades, el mejor Post de todos, que grande! has retratado mi empresa, Has retratado muchas empresas, posiblemente la tuya, has retratado bankia, el PP, el PSOE, has retratado la sociedad al completo.
    Me encanta muchas gracias
    Edu

  2. Domingo Felicidades, el mejor Post de todos, que grande! has retratado mi empresa, Has retratado muchas empresas, posiblemente la tuya, has retratado bankia, el PP, el PSOE, has retratado la sociedad al completo.
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  5. Primero felicitarte por este post que desde luego, suscribo de principo a fin y, si me lo permites, añadiré que no sólo hemos de imitar a las personas con principios y valores, también hay que castigar a esos incompetentes. ¡No puede ser la impunidad!. Me acuerdo de una frase de no sé quién que decía algo así: «Para que el mal triumfe, es suficiente que la gente de bien no haga nada».

  6. Primero felicitarte por este post que desde luego, suscribo de principo a fin y, si me lo permites, añadiré que no sólo hemos de imitar a las personas con principios y valores, también hay que castigar a esos incompetentes. ¡No puede ser la impunidad!. Me acuerdo de una frase de no sé quién que decía algo así: «Para que el mal triumfe, es suficiente que la gente de bien no haga nada».

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