Me resulta curioso como un montón de gente que se autodenomina “profesional” hacen uso de palabras o acrónimos de moda para así impulsar su imagen o “status” dentro de la sociedad.
Seguro que si ahora mismo hiciera una encuesta saldrían palabras ya legendarias, que en algún momento de nuestras carreras tuvieron eco, o como dice mi amigo Javier dan “pedigree”, rellenando todo tipo de información que nos rodea.
Recordáis cuando nos decían eso de las “Sinergias”, o cuando Goleman puso de moda la inteligencia emocional y la gente se autodenominaba “empática”, la lista sería casi interminable, ahora por ejemplo quien más y quien menos es “Coach”, unos dando abrazos, otros hostias y otros mirando en nuestro interior.
Sin embargo yo he escogido para este Post , dos palabrejas “en inglés”, porque esta es otra estupidez, si lo decimos en castellano parece que le quitamos valor y decirlo en inglés básicamente, o en otro idioma las hace más interesante.
Me quiero referir a los términos “Push” y “Pull”, o lo que es lo mismo “empujar” o “tirar”.
Nuestra vida basada en la educación tradicional, en ser políticamente correctos, en ser “como Dios manda”, en hacer lo que siempre se ha hecho, nos hace crecer y desarrollarnos en una sociedad PUSH, es decir una sociedad en que la iniciativa no es nuestra sino de otros, y de otros que a lo mejor son de otras épocas, pero que como nadie ha cuestionado públicamente, es decir, con argumentos no con quejas, se han establecido entre nosotros como auténticas leyes escritas en piedra.
Sin embargo, ahora que todas esta situación convencional se desmorona, cada vez más rápido, primero han sido los bancos, luego los trabajos, luego la clase política, las tecnologías, dentro de nada le tocará a la educación y a los profesores, y así sucesivamente hasta el cambio a la nueva época haya sido totalizado, se deberá poner de moda el movimiento PULL, es decir ese que te permite a ti mismo tomar la iniciativa y ser tu el que empuja en vez de ser el empujado.
Esto requiere mucho coraje, hay que ser fuerte y tener unos argumentos bien montados y bien estructurados para no ser tomado por un idealista o un loco.
Cuestionar lo establecido y plantear nuevos paradigmas, no es fácil, y por favor que nadie piense en innovación ni cosas raras, estoy hablando de nuestras propias vidas, de nuestros destinos y el de nuestros hijos.
No sabemos que tecnología va a existir dentro de cinco años, no sabemos que trabajos van a existir, no sabemos si el inglés o el chino van a imperar en el mundo, no sabemos muy bien que modelo económico vamos a tener y educamos a nuestros hijos casi como lo hacían los Reyes católicos, dando además poder a sus gregarios, es decir a profesores, que no maestros, que sobreviven en colegios arcaicos, defendiendo que hacen de nuestros hijos e hijas personas como “Dios manda” sin darse cuenta que nuestros hijos usaran la Wikipedia o hablaran en base a redes sociales, que cuestionaran todo, absolutamente todo, buscando nuevas y sobre todo cómodas maneras; donde pretenderán disfrutar por encima de sacrificarse 40 horas semanales en un trabajo que no les hace felices.
El fracaso es absoluto si aceptamos como corderos una sociedad PUSH; lo siento, pero vuelvo a nuestra zona de confort como referencia.
Pero esta vez quiero usar la expresión que mi amigo Raúl Baltar usa en su libro “el arte del ser humano (en la empresa)”, en que hace alusión a la necesidad de “dinamitar nuestra zona de confort”; y este matiz es muy interesante, hablamos de salir de entrar de cambiar de nuestra zona de confort, ¡ERROR¡, eliminemos dicha zona y así no tendremos que entrar y salir, ahora debemos crear un nuevo escenario.
Y amigos míos, ser empujado esta bien, es agradable, pero ser tu el que empuja no tiene precio, llevar la iniciativa y tener opciones de elegir es lo que realmente nos hará libres y por lo tanto felices con nuestras acciones.
Pasemos nosotros a ser los que empujamos.
Regla nº131: «Da poder a un ignorante y verás como le sale el facha que lleva dentro.»