Llevo muchos años, quizás demasiados, conviviendo en mi profesión y sobre todo, en las conferencias a las que asisto con el famoso “Chaos Report” (http://www.csus.edu/indiv/v/velianitis/161/ChaosReport.pdf) , en el que generalmente nos explican de manera científica y bien argumentada que casi el 60% de los proyectos informáticos en el mundo fracasan o bien en presupuesto, o bien en tiempos.
A partir de aquí generamos miles y miles, incluso podríamos decir que millones de trasparencias en donde solemos repetir en los últimos 20 años cosas como: pobre especificación de requisitos, ausencia de apoyo de la dirección, planificaciones erróneas por ausencia de estimaciones, falta de tiempo para probar el software, ausencia de documentación en los proyectos, etc…
Estas frases las escuchamos, las confirmamos con nuestro movimiento de cabeza “de abajo arriba continuo”, nos miramos unos a otros como diciendo cosas como “lo has clavado”, “como la vida misma”, “eso es un día de mi vida”… nos sonreímos al comprobar que todos tenemos los mismos problemas y regresamos a nuestras oficinas para seguir o igual después de haber confirmado que un 60% de empresas les pasa lo mismo que a nosotros.
Si alguna vez en alguna conferencia el ponente o alguien ha tenido el valor de pedir en voz alta algo como “y que soluciones hay” o “que podemos hacer”, tranquilos porque siempre tenemos a mano un “esta charla se la deberían de dar a mi jefe no a mí, esos son los que se tiene que enterar”. Lo cual es poderoso porque nos quita toda responsabilidad y se le traslada a “otros”, nuestros superiores, nuestros clientes, proveedores, da igual; no es nuestra responsabilidad a nosotros nos han contratado para trabajar y estas cosas, que siempre han pasado, que las soluciones otro.
Incluso podemos añadir algo tan español y rotundo como “a mí no me pagan para esto”.
El caso es que así pasamos año tras año, diciendo que creamos software o vendemos proyectos cuando lo que realmente hacemos es “ñapear” una porquería de aplicaciones y vender “gente” o “carne” como nos gusta decir. Lo seguimos llamando desarrollo o creación mientras que lo que realmente hacemos es un mantenimiento “cutre” y muy poco profesional.
Lo cual no importa mucho ya que los clientes en su mayoría, un 60% según los estudios, es lo que demandan porquerías; ante este panorama es lógico ver los CIOS que hay al frente de las organizaciones y sobre todo la imagen que las TI tienen en los consejos de administración o en el “negocio” de las compañías.
Sin embargo yo no quiero hablar de esto sino de un paradigma que ocurre a partir de esta situación; hablamos del 60% de proyectos fracasados pero que ha pasado con el 40% restante ¿han triunfado no?, entonces digo yo ¿y porque no hablamos de qué tipo de prácticas o métodos utilizan esas empresas para triunfar donde la mayoría fracasan?
Me pongo a verlas y analizarlas, algunas por no decir bastantes son españolas, y me encuentro con organizaciones que no veneran ni mucho menos temen al CIO, ya que en vez de un auditor tienen a un facilitador que lidera y ayuda a liderar sus equipos, ya que carecen de departamentos.
Me encuentro con profesionales, es decir personas con estudios y que invierten un 30% de su tiempo en formarse continuamente, de manera que se han convertido sin darse cuenta en colaboradores y han dejado de ser simples trabajadores o empleados.
Los responsables de estas empresas al ver este esfuerzo lo valoran y lo pagan, llegando incluso a tener colaboradores con sueldos tan altos como los suyos propios.
Veo personas que no sólo saben de tecnología sino que conocen el negocio, ya que su líder en vez de crear un “reino de taifas” ha creado un servicio transversal a toda la compañía.
Veo empresas que creen en la innovación y no se ríen de la calidad, ya que es su base primera sobre la que crean día a día su cultura como empresa.
Encuentro empresas que en vez de hablar de recursos humanos hablan de personas o de talento, personas que usan el coaching o mentoring para hacer crecer a sus equipos sean directivos, vendedores u operativos.
Empresas que invierten en que sus colaboradores crezcan como personas potenciando sus actitudes. De manera que puedan creer solamente en la búsqueda de la excelencia como objetivo final con la motivación y el compromiso como esquema fundamental.
El paradigma del que hablaba antes consiste básicamente en que cuando vas a vender alguna de estas cosas que he comentado anteriormente, al escucharlo es tan obvio y tan de sentido común lo que escribo, que parece mentira que una organización no tenga esto, con lo cual algún “Irresponsable” te dice cosas como “pero esto que me cuentas es obvio me suena a Perogrulladas…”.
Efectivamente señor CIO o señor director, esto es una perogrullada, que indica que si es tal y su organización no lo hace usted es idiota y no debería seguir en el puesto en el que está para permitir que las personas que queremos mejorar las cosas podamos hacerlo.
Hagan encuestas de satisfacción laboral en sus organizaciones y comprueben lo que estoy escribiendo.
Posiblemente nadie que lea este Post lo haga, ¿pero saben porque?, porque los profesionales que leen este Blog están en el 40% de las empresas con éxito, la ignorancia, la falta de respeto por los cambios o las justificación de no tener tiempo para leer forma parte del ADN de ese 60% de empresas.
Miremos al que tiene éxito y no al fracasado, aunque su empresa pertenezca al Ibex 35, eso son clasificaciones económicas, no sociales, no humanistas, quizás el dinero este allí pero la felicidad profesional no.
Regla nº121 “Cada día me miro en el espejo y me pregunto: ‘Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?’ Si la respuesta es ‘no’ durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo”