Solemos decir que alguien es responsable cuando hace lo que debe hacer, cuando pone atención y esmero en lo que hace y generalmente lo solemos asociar a alguien serio y formal. De manera que parece ser que todos deberíamos ser responsables o, – al menos-, para eso nos educan.
Hoy más que nunca, parece que estamos rodeados de responsables, pero responsables de avisar que otros lo hacían mal, responsables por saber lo que iba a ocurrir, responsables porque ya lo veían venir, pero nadie es responsable de las cosas que salen mal. ¿Os habéis fijado por ejemplo en las elecciones? Nunca pierde nadie, y todos son responsables.
Solemos decir que hay control cuando alguien esta encargado de vigilar que algo ya sea una norma, una ley o una promesa se cumpla según lo establecido. Parece lógico que si hacemos un contrato pues alguien controle que se cumple por parte de ambos implicados el objeto de dicho contrato.
Así que a priori parece ser que Control y responsabilidad van de la mano, lo cual no quiere decir que el que controla sea responsable o que la persona responsable controle.
Pues que alguien me cuente lo que ha pasado en los últimos años y creo sigue pasando. O no hay nadie responsable, o aquí no ha controlado nadie nada de nada.
Yo personalmente creo que nos vuelve a fallar la hipocresía; decir que somos responsables parece que nos hace honorables, por ejemplo si algo me repugna son esas personas que por el hecho de ser padres lo dejan todo; “no hoy salgo corriendo del trabajo para estar más tiempo con el niño”, “lo siento no puedo ir a jugar al pádel porque tengo un hijo y debo estar con el”, o en el trabajo “yo he venido a mi hora esta mañana”, “yo envié el mail como me dijeron”, “no esta tarifa no la puedo bajar porque esta prohibido”; ¿eso es ser responsable?, eso es ser idiota, puedes querer a tus hijos sin estar una tarde con ellos o incluso jugando al pádel, puedes ser un excelente trabajador y llegar a las diez de la mañana, o incluso saltándote alguna regla.
Eso si, siempre y cuando seas consecuente con tus acciones, las personas siempre debemos ser consecuentes con lo que hacemos y eso determinara si está bien o mal; los que simplemente hacen las cosas como se deben de hacer no son responsables son cobardes sin iniciativa que paralizan el mundo.
Paralelamente a la acción que hayas determinado tomar debes seguir y controlar como evoluciona, de hecho desde mi punto de vista el control es más importante que la responsabilidad, sino mirad el sistema de las cajas de ahorro, llenas de ilustres responsables que no han controlado ni nadie les ha controlado durante años a donde nos han llevado.
El aire fresco debe entrar por todas las ventanas de nuestras organizaciones para que desaparezca ese olor nauseabundo de estos responsables metidos a ejecutivos que no saben saltarse ninguna norma, que no saben improvisar, que no saben escuchar a su corazón, gentuza que se mueve agarrada a su Excel y a las noticias que algún periódico extranjero dice por la mañanas para poder tener argumentos a la hora de ir a chupar el culo a su jefe durante el desayuno. “Chupaculos” eso es los que realmente son esos responsables, esas personas, hombres o mujeres, que van dictando sermones “ya lo dije”, “estaba claro que no iba a salir”, “eses es que no sabe”, “aquel tampoco”… que asco y que pena da a la vez.
A mi me gustaría cambiar la palabra responsable por consecuente y creo que en los tiempos que corremos el descontrol tampoco viene mal; a veces cuando todo parece perdido un toque de locura puede ayudar a ver las cosas de otra forma.
Ese descontrol siempre debe ir acompañado de respeto, eso si es ser responsable; yo no estoy hablando de anarquía ni mucho menos ni hacer lo que nos salga de las narices, estoy hablando de dejar libres nuestros pensamientos y deseos y sacarlos a volar; a lo mejor un poco de descontrol nos trae felicidad y al recargar nuestra felicidad somos capaces de ser más responsables y consecuentes con lo que debemos hacer.
La ausencia de felicidad en las personas paraliza el cerebro, y si eso no funciona apaga y vámonos, no propongo emborracharnos pero a lo mejor dos chupitos nos ayudan a seguir adelante. No confundamos ni nos refugiemos en la enseñanza tradicional de los valores más profundos del ser humano que mirad donde nos están llevando.
Es bueno descontrolar responsablemente alguna vez en la vida, pero recordad siendo consecuente con lo que hagamos, si eso es así no habrá ningún problema, y sobre todo no habrá remordimiento alguno sobre nuestras acciones.
Regla nº60: “Aprender a asumir retos y sacarlos adelante también es responsable”.