Para llegar lejos en nuestros proyectos, no podemos dejar que nos venza la pereza, el desánimo, o el sentimiento de fracaso anticipado. Esto último es mucho más grave de lo que parece, y es que como hoy en día la negatividad y la “falsa responsabilidad” se ha hecho fuerte entre nosotros parece que cuando se quiere hacer algo distinto ya hay una legión de personajes “responsables” pidiendo que aterrices tus ideas para darte una serie de justificaciones por las que no se pueden hacer.
Que cansinos son estos “aterrizadores”, que curiosamente ofrecen justificaciones ya que al carecer de conocimiento y sobre todo de valor, no saben ofrecer argumentaciones.
Estos cansinos viven camuflados en nuestras organizaciones con auténticos uniformes que harían dejar en ridículo al marine más experto, los tenemos cerca incluso a veces a nuestro lado, sin darnos cuenta de cómo su veneno nos emponzoña a diario. Algunas veces, les podemos identificar por el olor, -no de su cuerpo-, sino de las cosas que dicen, ya que realmente apestan sus declaraciones; aunque, desgraciadamente, ocurre tarde, cuando ya estamos con el veneno dentro.
Por eso es muy importante todo aquello que pensemos o digamos, ya sea en serio o en broma, puesto que nuestro subconsciente lo tomara como real; por eso debemos cuidar nuestro dialogo interno y externo.
En el deporte, a esto se le llama “mentalidad ganadora”, y se trabaja desde la misma expresión que damos a nuestras intenciones, ya que esa expresión es negativa o positiva.
No es lo mismo que digamos “me voy a sentar en el ordenador a escribir” a decir “voy a escribir” o, mucho mejor, decir “estoy escribiendo”.
Nuestra actitud, junto con la disciplina que usemos a la hora de escoger el signo de nuestro pensamiento, es esencial. También el proceso que sigamos para coordinar nuestro consciente con el subconsciente, así como la calidad de nuestra energía interior.
El negativismo, el cinismo, o la abulia o costumbre de postergar las tareas, son enemigos muy poderosos que crecen a diario a nuestro alrededor de manera inexorable. Seguimos sin querer aceptar que el tiempo es finito, y las tareas se acumulan produciendo estrés.
Sin embargo, a mí me preocupa una mutación de la negatividad: el miedo a no ser lo suficientemente bueno, que he visto introducirse en personas a las que valoro personal y profesionalmente. Las dudas y el pánico son acciones que pueden paralizarnos; pero ahí es donde el optimismo es una herramienta que puede ayudarnos, si la afilamos adecuadamente bien para alcanzar nuestros objetivos.
Ninguna persona que haya destacado en la vida social, profesional o deportiva, ha permitido que el negativismo le venza; ni tampoco se lo ha permitido a lo que ahora se denomina gente tóxica. Bernardo Stamateas lo define perfectamente en su libro, que os recomiendo leáis.
Sin embargo, mi recomendación personal es que veáis un video que a mi personalmente me ha valido de mucho y que recomiendo usar en todas las reuniones que sea posible. Se titula “Get Service”, y creo que os puede ser de gran ayuda:
http://www.youtube.com/watch?v=awlEzAjhcS8
En él nos proponen etiquetar de forma positiva a esas personas toxicas (anodinas y cansinas) que podemos tener cerca de nosotros, con un adjetivo positivo que nos ayude a comprender su manera de actuar. Esta interpretación nos permite responder con una sonrisa, aunque no estemos en el mejor momento del día.
Así, por ejemplo, si algún superior nuestro no quiere contar con nosotros para un proyecto en vez de pensar que nos tiene manía o que nos odia por algún motivo le etiquetamos como “valedora de gran talento”, y comprendemos que lo que pretende es que con nuestro talento estemos en otros proyectos que seguramente nos van a enriquecer más, y que nosotros desde nuestra posición no logramos ver.
Al principio, es difícil, pero llega un momento que lo consigues. No obstante, tampoco está de más comprase un chaleco “verde pistacho”, que nos diferencie de los uniformes de camuflaje y señale que nosotros somos personas que queremos hacer algo diferente.
El viernes pasado me regalaron el libro con las frases del hombre de negro, y lo cierto es que me reí bastante. Ahora me viene a la cabeza una que bien podría usar de regla pero prefiero usarla de ejemplo:
“El hombre de negro corre los sanfermines en dirección contraria”; es un buen ejemplo.
Regla nº38: ”Habla «chucho» que no te escucho”.
Ya lo dijo Benjamin Franklin: «La pereza viaja tan despacio, que la pobreza no tarda en alcanzarla».
Ya lo dijo Benjamin Franklin: «La pereza viaja tan despacio, que la pobreza no tarda en alcanzarla».
Ya lo dijo Benjamin Franklin: «La pereza viaja tan despacio, que la pobreza no tarda en alcanzarla».
Ya lo dijo Benjamin Franklin: «La pereza viaja tan despacio, que la pobreza no tarda en alcanzarla».