Agazapados detrás de la mesa

Estas semanas se me han juntado dos eventos, unos sobre eficiencia en las TI, y otro que es un Congreso sobre Calidad. Ambos eventos llevan ya tiempo preparándose y obteniendo unas respuestas de aceptación importantes.
Pero solamente sobre el papel; que quiere decir esto, pues muy sencillo: si han confirmado por escrito ciento cincuenta personas el día del evento aparecen sesenta o setenta como mucho.
Ante esto hay una serie de “expertos” que dicen analizar la situación y conocerla, pero que no sintiéndolo mucho no comparto sus ideas.
Dicen que es mejor hacer los eventos por la mañana que por la tarde, pero luego dicen que si van por la mañana no les da tiempo a trabajar; pero por la tarde tiene que ser pronto porque por la tarde quieren estar con sus hijos, curiosamente los mismos de los que pasan el resto de tardes que se quedan haciendo trabajo extra.
Otros dicen que el evento debe ser gratis por la crisis y resulta que ir a un evento de TED, que está lleno, cuesta más de 500 euros. Pero cuando pones precio resulta que no van por falta de presupuesto.
Otra excusa es el trasporte; siempre debes hacer un evento cerca de una parada de metro, pero cuando lo haces hay gente que se queja porque no se puede ir en coche y se aparca mal, luego podría hablar de los canapés, el vino español, la comida o los regalos; aunque estas cosas han perdido valor.
Alguno dirá: ¡lo más importante es el contenido!, pues tampoco porque vivimos en una sociedad de “listos” y de profesionales muy poco humildes, es decir que no nos hace falta aprender nada nuevo. Luego viene lo de culpar a los comerciales porque hacen eventos para “vender” nada más.
En definitiva, que como veis hacer un evento es complicado porque las variables que se mueven son tantas que hacen imposible a cualquier experto en marketing y comunicaciones acertar.
Sin embargo como he dicho antes hay eventos como los que organiza TED, por ejemplo que tienen mucha aceptación, ¿y cuál es la diferencia?.
Por un lado, del que los organiza, se busca ofrecer cosas nuevas, temas interesantes y ponentes que cuenten historias no trasparencias.
Pero de lo que quiero hablar y hacer reflexionar es por el otro lado, los que asistimos, o mejor dicho no asistimos a los eventos.
Y mi visión del asunto se centra en tres puntos básicamente:
Primero: “Estamos hasta arriba”; con esta expresión que ya huele mal, tratan de dar a entender que tienen tantas cosas que hacer y tan importantes que no pueden dedicar tiempo a escuchar cosas. Algunos interpretan esto como “no pueden perder tiempo”. Bien pregunten por favor a sus CEOs, CIOs o cualquier superior que formación o a que eventos “no comerciales” han asistido en los últimos cinco años. Ese indicador, INDICA mucho de la visión de esos dirigentes.
Segundo:No me interesan lo que dicen”; esta es una de las maneras más brillantes de demostrar una tremenda falta de humildad y mostrar en forma de prepotencia el miedo a evolucionar. Siempre, absolutamente siempre aprender algo en un evento, conoces gente nueva o escuchas nuevas formas de gestionar, dirigir o simplemente de hacer las cosas; pero que miedo nos da eso, a ver si vamos a encontrar algo mucho mejor que lo nuestro.
Y tercero:es que tenemos que trabajar”; esta es una muestra más del absurdo diario que muchos dirigentes esgrimen en su defensa, como si formarse o aprender no formara parte del trabajo. Esta ignorancia es una lacra que afecta de manera muy directa a las empresas, porque estos dirigentes lo aplican sobre ellos y sobre sus trabajadores, abocando la evolución o innovación de su organización al más absoluto desastre.
Esto no significa que siempre haya que estar en eventos o formándose, no estoy diciendo eso pero  esta actitud lleva que a lo largo de un año, un profesional no recibe nada de visión externa de la sociedad, dejando su formación al inglés y poco más.
Bueno si hay que hacer algún curso sobre Windows, o sobre algún lenguaje eso sí vale, pero sobre gestión ¿para qué?
Imaginaros que os tenéis que someter a una intervención quirúrgica importante, ¿os pondríais en manos de un cirujano que en los últimos dos años no haya aprendido las últimas novedades porque tenía mucho trabajo en su hospital?.
Si a esto le añadimos la poca práctica a leer libros y no solo artículos de revistas informáticas de quince líneas, o de escribir Blogs o artículos, nos estamos metiendo en unos niveles de incultura y “borreguismo” propio de una dictadura, que como todas estas dirigidas por “asnos” que sólo quieren mantener sus puestos y no evolucionar.
Buscar eventos, leer, escribir, dar vuestra opinión y conocer nuevas formas de hacer las cosas; sólo así podréis salir no de la “zona de confort”, que va, sino de esa “jaula de oro” en la que mucho estáis metidos. Que por cierto ya no es tan de oro, porque apenas da para pagar la tan importante “hipoteca” y poco más. Abrid los ojos y las orejas.
 
Regla nº101 “Las excusas son como el culo, todos tenemos uno.»

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