Una Buena Noticia: Se Acabó la Estabilidad

¿Os habéis dado cuenta que cada día las empresas donde trabajamos dependen más de las personas  que trabajamos en ellas, de nuestra implicación, de las ganas de trabajar,  y de nuestro compromiso?

Los productos que fabricamos hoy cada vez son más, al igual que los precios de manera que los que marca la diferencia son los equipos de personas que los hacen. Por lo que resulta claro que las empresas necesitan personas alegres. Motivadas, comprometidas, volcadas en el servicio y que trasmitan entusiasmo.

Estas personas indudablemente existen, y son aquellas que saben gestionar su actitud, y su entusiasmo.

Yo creo que hace tiempo que se acabó la estabilidad; sí, como suena, y no sólo en el ámbito profesional sino en todos los ámbitos de la vida, a pesar de que algunos políticos se empeñen en convencernos de lo contrario. Esto es una buena noticia para el crecimiento personal, ya que la única estabilidad estará en la continua reinvención de uno mismo, y esto amigos es una responsabilidad que no podemos pasar a nadie ya que reposa sobre nuestros hombros.

Estamos obligados a crecer de manera continua y eso desde mi opinión es una buena noticia ya que cuando dejas de crecer, sin importar la edad, entras en un proceso terminal.

Los informáticos no debemos de crecer paralelamente a la tecnología, ni mucho menos, para crecer un poco cada día es importante conocerse bien uno mismo y saber detectar las áreas de mejora. Es clave para esto saber escuchar la crítica externa y hacer autocrítica. Es fundamental también querer mejorar y afrontar el proceso con una actitud positiva y sobre todo con pasión, es esencial hacer de la mejora un hábito, un trabajo diario.

La habilidad para gestionar de manera inteligente nuestras emociones es mucho más importante que nuestro coeficiente de inteligencia. Yo conozco muchas personas muy inteligentes, incluso con una mente privilegiada, que no saben afrontar los fracasos, que son pesimistas, que generalmente están de mal humor y por lo tanto no saben relacionarse bien con los demás.

Sin embargo, hay otras personas con mentes menos brillantes pero más inteligentes emocionalmente, que transmiten confianza y entusiasmo, que ponen sus mejores esfuerzos en lo que hacen, que se ríen, que son humildes, que afrontan los fracasos positivamente.

Personas que desgraciadamente no buscan dirigir compañías sino aportar y vivir simplemente, sin ánimo de destacar sobre la masa gris que se esconde detrás de los números y las evidencias.

Pero esto está tocando a su fin, ahora lo más estable es lo inestable, las soluciones no están en lo que veníamos haciendo sino en lo que no hemos hecho, hay que mirar fuera, hay que tener imaginación, hay que preguntarse… ¿Y porque no?

Solamente así podemos hacer productos, soluciones o servicios sostenibles en el tiempo, hechos con bases de entusiasmo y que relucen en los ojos de los miembros de los equipos que los llevan a cabo.

Hace tiempo que descubrí mi fe, casi incondicional, en las personas, en su capacidad de convertir cosas “ordinarias” en “extraordinarias”, cuando quieren y se les deja. Esta convicción me viene de haber visito y haber sido partícipe de cómo un  equipo de personas –ninguno de nosotros extraordinarios-, fue capaz de llevar a cabo un ambicioso proyecto empresarial con recursos limitados y en periodos de tiempo breves.

Las claves fueron tener claro el objetivo, tener fe en el equipo y en uno mismo, tener voluntad y sobre todo disfrutar incluso en los momentos difíciles. La base de toso estos factores los encontramos en tener una actitud positiva.

Regla nº10:” Solo tienes que hacer lo que sabes hacer pero… simplemente, de otra manera”.

 

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