Soroche Empresarial

Cuando estuve viviendo en Perú conocí una palabra peculiar: “soroche” que significa mal de altura; es decir, que cuando empiezas a caminar o escalar debido a la altitud puedes notar como te falta riego sanguíneo en la cabeza y empiezas a ahogarte de manera que el corazón casi se te para y no puedes ni moverte.

La sensación que te deja en el cuerpo es realmente desagradable y pierdes incluso un poco la situación de donde estás, quien eres… En fin muy desagradable. A mí me pasó un par de veces, en el Cañón del Colca visitando el santuario del cóndor y en el lago Titicaca visitando las islas de los indios Huros; en ambos casos me caí fulminado al suelo y tuvieron que reanimarme con Mate de Coca bien caliente para que la sangre volviera a su sitio. El fallo realmente lo tuve yo porque sin estar preparado no debí estar un día sí y otro también subiendo y bajando, incluso corriendo sin estar habituado a esa altitud.

Pero ¿Por qué me he acordado de todo esto yo ahora y aquí en Madrid?, si no tenemos una altitud que nos obligue a tener preparado nuestro corazón y nuestro cerebro de una manera especial… ¿o si lo necesitamos?. Si os fijáis he titulado el Post Soroche “Empresarial”, por lo que no quería referirme a Madrid si no al tejido de nuestras empresas TIC donde hemos decidido vivir entre “picos”, es decir una semana tenemos muchísimo trabajo otra menos y a la siguiente otra vez arriba.

Esto lo he visto hasta pintado en trasparencias para explicar lo que es el mantenimiento del software, se incluye en esos contratos tan en liza hoy en día donde con estadísticas, Acuerdos a nivel de servicio y buenas palabras, le decimos al cliente que vamos a estar “parcheando” sus aplicaciones para tratar de que funcionen lo mejor posible y si con eso no nos basta pues tendremos a su disposición “24×7”, es decir veinticuatro horas los siete días de la semana a un batallón de profesionales, generalmente mal pagados, que conseguirán que sus sistemas de información funcionen, o como se dice generalmente : “no pete”.

Mientras nuestros directivos no es que debido a un “pico” de trabajo se queden trabajando una noche o un par de noches sino que han convertido la excepción en regla y todas las noches a eso de las once de la noche es cuando realmente empiezan a trabajar, ya que durante el día viven una maratón de parcheo y chapuza propias de los mismísimos Pepe Gotera y Otilia, encadenando con total desacierto un sinfín de reuniones sin sentido tratando de salir adelante como pueden.

Esto es lo que da la ausencia de la calidad, esto es de lo que muchos ignorantes presumen de profesionalidad, el vivir parcheando y saliendo de una para meterte en otra, es lo que trae la ausencia, no de planificación, sino de algo más grave: de visión. Pero eso no es lo peor, lo grave viene cuando arrastran a los demás, cuando por su propia incapacidad de organizarse personalmente empiezan a escribir mails a las dos de la mañana, exigiendo a veces respuesta, donde provocan que cuando tu llegas a trabajar te encuentres cuatro o cinco mails con tareas para hacer a primera hora que descomponen todo tu día y te hace entrar en su forma de vida absurda y descontrolada.

Evidentemente todos hemos tenido alguna vez que trabajar de noche o incluso en un fin de semana por necesidades del proyecto o de la situación de entrega; pero eso deben ser excepciones que además siempre viene provocadas o bien por mala planificación de tiempos, o por mala disposición de recursos, o amigos aceptémoslo de una vez: por incapacidad de los participantes.

Posiblemente algún lector este pensando ahora mismo ¿y el cliente, que pasa te olvidas del cliente?. NO me olvido pero es que estoy harto de auto justificarme y de quejarme; saber negociar con el cliente, escucharle y darle lo que quiere y explicarle las cosas también forma parte de nuestro trabajo y debería formar parte de nuestras capacidades, pero para eso hace falta gente competente con directivos competentes que sean capaces de anticiparse a las necesidades del cliente. Cuando nuestro conocimiento sólo se centra y se basa en la aplicación que llevamos parcheando catorce años, amigos más vale que salgamos fuera de ahí. Lo único malo que hace el cliente es mantener a los chapuceros con los que lleva toda la vida por miedo al conocimiento que estos dicen tener, eso si que lo hace mal el cliente, que además ahora está más preocupado por los costes que por la calidad de lo que se le entrega.

Estamos en un momento idóneo de “parar para reparar”, de dar un nuevo sentido a nuestra profesión, de hablar con el cliente, de renegociar precios y servicios; solamente salen adelante las empresas que apuestan por la calidad, pero no por la norma ¡burros! Sino por la cultura por la forma de vida.

A mí con el mate de Coca me pudieron calmar el soroche, pero las montañas andinas están plagadas de muertos por ese mal, ningún cuerpo aguanta trabajar todas las noches hasta las cinco de la mañana y lo que es peor ninguna organización. Quizás sería bueno que esos directivos de pacotilla piensen y reflexionen que las organizaciones además de por números y resultados están compuestas por personas con familias, a lo mejor esa visión puede ayudarles al cambio sino dejen de comprar ordenadores y empiecen a comprar ataúdes porque los van a necesitar.

Regla nº70: “Lo importante no es empezar sino terminar, y estar arriba o abajo tampoco importa, es tu calidad lo que realmente marca la diferencia”.

 

4 thoughts on “Soroche Empresarial”

  1. Lo que más pesa aquí es el estilo personal de gestión: responsables que no saben organizarse, que sus bioritmos son nocturnos y no tienen en cuenta que hay gente que es diurna, que no saben priorizar, que no saben decir no o que creen que sí no hay presión, el equipo no trabaja. La pregunta es: ¿cómo lidia el equipo de trabajo con un responsable así?

  2. Lo que más pesa aquí es el estilo personal de gestión: responsables que no saben organizarse, que sus bioritmos son nocturnos y no tienen en cuenta que hay gente que es diurna, que no saben priorizar, que no saben decir no o que creen que sí no hay presión, el equipo no trabaja. La pregunta es: ¿cómo lidia el equipo de trabajo con un responsable así?

  3. Lo que más pesa aquí es el estilo personal de gestión: responsables que no saben organizarse, que sus bioritmos son nocturnos y no tienen en cuenta que hay gente que es diurna, que no saben priorizar, que no saben decir no o que creen que sí no hay presión, el equipo no trabaja. La pregunta es: ¿cómo lidia el equipo de trabajo con un responsable así?

  4. Lo que más pesa aquí es el estilo personal de gestión: responsables que no saben organizarse, que sus bioritmos son nocturnos y no tienen en cuenta que hay gente que es diurna, que no saben priorizar, que no saben decir no o que creen que sí no hay presión, el equipo no trabaja. La pregunta es: ¿cómo lidia el equipo de trabajo con un responsable así?

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