Ilusión

Si a cualquiera de nosotros nos dieran la posibilidad de “rodar la escena de nuestra vida”, seguro que pensaríamos en un señor o señora estupenda y un sitio fantástico, lleno de lujo y belleza, no sé una playa de los mares del sur, la habitación de un hotel en Grecia, una puesta de Sol. En fin nuestras ilusiones se despertarían y soñaríamos durante un rato.

¿Y sabéis una cosa?, posiblemente pensaríamos alguna escena, lugar o compañía que posiblemente sea imposible tener en nuestra vida real. Sin embargo os quiero contar un pequeño secreto; si esa ilusión y ese deseo de conseguir algo bonito, único e irrepetible lo perseguimos con fuerza en nuestra vida cotidiana podremos conseguir que estando en un parking sucio y oscuro, pero con la persona adecuada y con la llama de la ilusión encendida se produzca la magia y ese oscuro lugar se convierta en un sitio que recordaras toda tu vida.

El poder no está fuera de nosotros sino en nuestro interior; estas fechas navideñas que estamos viviendo, son o mejor dicho deberían ser, por un lado el motor de esta ilusión y por otro, el ejemplo de lo que debemos hacer durante el resto del año.

Si algo me fastidia de las Navidades es precisamente eso; su temporalidad, parece ser que durante diez días debemos querernos, ver a la familia que durante el resto del año no vemos, comer como si el verdadero fin del mundo viniera y ayudar a alguien  necesitado. Eso no es la navidad, pero es que ese espíritu “pseudo-navideño” se apodera de nosotros durante todo el tiempo, anulando nuestra ilusión.

Por favor coged un papel y lápiz y apuntad las cosas buenas que tenéis a vuestro alrededor y también a las personas buenas que queréis de verdad, con las que convertiríais un “oscuro garaje” en una “habitación con vistas”, ahora coged otra hoja y apuntad las cosas buenas que esas personas y esas cosa os producen. Subrayar, usar lápices de colores, dibujos; posiblemente necesitéis más hojas o pliegos de cartulina enormes.

Eso sí, podéis escoger escribir o poner en la lista las cosas negativas, pensad que eso es más importante, haceros los “responsables” y escribir en mayúsculas “PAGAR LA HIPOTECA”, claro que lo podéis hacer pero amigos ¿para que lo hacéis?. Por favor, dedicar un minuto a pensar lo siguiente: cuando vais en vuestro coche conduciendo por la autopista y el indicador os señala que la gasolina se acaba ¿Qué hacéis?, alguno piensa ¿me voy a matar? O ¿ya no puedo seguir mi viaje aquí acabo mis días?, ¿os ponéis a llora o tristes porque se ha terminado la gasolina? ¡NO!, a lo sumo os cabreáis por el precio de la gasolina pero inmediatamente buscáis donde hay una gasolinera para repostar y seguir adelante.

Yo no os pido que no paguéis la hipoteca o que ignoréis que estáis sin trabajo, ni mucho menos eso es la realidad que hay que combatir, lo que os pido es que repongáis fuerzas desde la ilusión que retoméis el poder vuestro y el control de la situación y a partir de ahí ese “oscuro garaje” sea el lugar más maravilloso del mundo, un sitio al que quieras regresar cada lunes, porque además el lunes se convierte en el primer día de la carrera que hemos retomado.

Este es el mensaje navideño del Proceso Social, “recobrar la ilusión”, y ¿qué pedimos a Papa Noel o a los Reyes Magos?, muy sencillo: Gasolina, mucha gasolina para recargar nuestros motores. Una vez que hemos comprobado que los Mayas se han equivocado, aprovechemos esta nueva oportunidad y pintemos el mundo en el que queremos vivir.

Sonreír, besar, abrazar, compartir, luchar, avanzar… no son verbos navideños; son verbos activos que duran todo el año, no sólo unos días.

FELIZ NAVIDAD!

Regla nº66: “Mi mayor ilusión es seguir teniendo ilusiones”.