Mi verdadera pasión siempre ha sido y creo que será el cine. Nada en la vida me ha dado tanto como el séptimo arte, y alguna vez contaré como incluso me ha ayudado muchas veces en mi carrera profesional dentro de las TIC. Sien embargo, el tema de hoy realmente toca colateralmente el cine, ya que hace unas semanas tuve la oportunidad de comer con una gran amiga mía, que vive en el norte de España, en un sitio que solamente es comparable con los escenarios de Sonrisas y Lágrimas o incluso de Heidi.
Se llama Leire y también es informática. Estudió la carrera y se vino a Madrid aunque al final, -con mucha tristeza para mí-, regresó a su tierra natal.
Para mi Leire es una gran profesional; aunque su intención era la de ser programadora, ya que eso es para lo que desgraciadamente te preparan en la Universidad, y lo que más tristemente te exige o demanda el mercado. Casi nunca ejerció de ello, ya que tuvo la suerte o la desgracia que en el primer proyecto que acometió fue precisamente como consultora; y ahí pudo desarrollar su carrera profesional.
Yo he tenido muy pocas ocasiones de trabajar con ella, pero la he visto hacer presentaciones y también he visto algunas actuaciones en clientes y me reitero en lo de gran profesional, pero podía ser no gran sino grandísima, y aquí es donde el cine entra en contexto.
Mi amiga es muy entendida en cine; siempre y cuando no hablé conmigo, ya que me considera una especie de experto y entonces se nubla y cuando trato de comentarla algo sobre alguna película más complicada o difícil, en vez de coger el reto, me suelta con esa preciosa sonrisa que tiene: -”Jo, Domingo, piensa que la primera película que vi fue E.T”.
Pero vamos a ver Leire, a mí que mas me da que la primera película haya sido ET -que por cierto es magnifica para iniciar una pasión como la tuya en el cine. Lo importante es que ese extraterrestre te metió algo en le cuerpo que ha hecho que veas películas anteriores y posteriores a él, ha hecho que pienses, que tengas que leer, y te ha dotado de una gran sentido para emitir juicios de valor sobre le cine.
El que haya sido la primera no tiene nada más que ver con la época en la que has nacido y punto; pero tu inteligencia te hace ver cosas anteriores.
En el trabajo, te ocurre lo mismo que a otra mucha gente: tenéis juventud, tenéis ganas, tenéis capacidad, tenéis criterio, RESPETÁIS a los que somos un poco más mayores que vosotros y aprendéis de ellos… Entonces, por qué te tienes que frenar ante una persona que “lleva más tiempo”, “es que es mayor”, “es que…”
Las personas debemos aprender y sobre todo respetar de nuestros mayores, pero ellos o nosotros, debemos también aprender y contagiarnos de vuestra juventud, de vuestra frescura, porque como en dicho en otras ocasiones, este viaje se hace caminando hacia adelante no hacia atrás.
A mí me gusta respetar nuestro pasado, y sobre todo estudiarlo; pero mi acción siempre debe ser en tiempo futuro, independientemente de la primera película que vi, -que por cierto creo que fue “El libro de la selva”- pero con personas y, por supuesto, en Blanco y Negro.
Yo no soy especialmente político, -ya lo sabéis-, y recuerdo que cuando hacia alguna critica de algún jefe públicamente tenia un compañero que siempre me decía: “ten cuidado que no sabes donde te le puedes volver a encontrar”. Amigos, ese comentario tan prudente siempre me ha parecido una cobardía.
Hace catorce años tuve una trifulca con un superior mio, en la cual salió mal parado ya que había cometido un error muy grave y yo lo descubrí. Cuando fuimos a ver al director general, este canalla me dijo: “ten cuidado porque nos volveremos a encontrar” y el Directo General le dijo: “perdona el que tiene que tener cuidado no debe ser Domingo, sino tú; porque ya sabemos lo que eres y lo que puedes llegar a ser, pero no tenemos ni idea de lo que Domingo puede llegar a ser”.
Esto me ha acompañado muchas veces a lo largo de la vida, y es que debemos actuar siempre en base a lo queremos ser no a lo que somos y mucho menos a lo que fuimos. Nuestra apuesta debe ser valiente y mucho más en estos tiempos de cobardía, que no es lo mismo que crisis.
No nos debe para la primera ni la última película que hayamos visto, sino el deseo de ver películas; disfrutar de algunas y olvidarnos de otras pero ver películas.
Leire ya no es informática, sino que tiene su librería como siempre ha soñado. A lo mejor no gana tanto dinero como antes, pero es muy feliz, y eso la hace más bella aún.
Cuando hacemos las cosas que realmente deseamos somos felices, cuando somos felices reímos y cuando reímos somos bellos; nosotros y nuestro trabajo.
Regla nº55: “La vida es bella”. “Qué bello es vivir”. “La bella y la bestia”… Algo tendrá esta palabra ¿no?