Episodio V: Disfrutando de las Vacaciones

Qué bonito resulta disfrutar de las cosas que tenemos en la vida, ya sea porque las hemos ganado o, simplemente, porque la misma vida nos la ha regalado. Sin embargo, las personas disfrutamos muy poco de esto. Parece ser que lo que nos interesa, -precisamente-, es lo que no tenemos. De ahí esa tremenda mayoría de amargados en esta sociedad.

Otra cosa que me llama la atención es que parece ser como si el verbo disfrutar fuera asociado a nuestra vida personal, y no a la profesional; es decir, que sólo podemos disfrutar de lo que nos ocurre cuando salimos de la oficina o los fines de semana. Esto es un tremendo error que nos lleva a vivir en continuo desasosiego, pues queramos o no, con que durmamos 7 horas eso significa que le damos casi un 80% del tiempo restante a nuestro trabajo, en la oficina y con nuestros compañeros y jefes, majos y “majetes”.

Realmente merece la pena que podamos hacer algo para disfrutar de las horas que pasamos trabajando. Son muchas, yo diría que demasiadas. Yo creo que cada uno de nosotros puede encontrar motivos con los que conseguir disfrutar del día a día dentro de nuestras empresas. Evidentemente, el candidato número uno son los compañeros, pero debemos ir más allá de las personas. Debemos buscar la satisfacción en lo que hacemos y para qué lo hacemos, no solamente con quien lo hacemos.

Si nos preguntan por nuestro trabajo diario, usaremos un lenguaje gris, en vez de presumir o definirlo con una sonrisa en la cara. Yo hago un ejercicio siempre en mis conferencias o cursos que no falla nunca. Les pido a cada uno de los asistentes que cuente algo personal de su vida: algo por lo que sus amigos o familiares le recuerdan o conocen. La gente suele responder con anécdotas graciosas o cosas singulares. Una vez, un compañero me dijo que lo más extraño en su vida era que ¡tenía siete hijos! Generalmente, cuando lo hacen saltan las carcajadas y las sonrisas continuamente. Al cabo de hora y media o dos, les vuelvo a pedir que se presenten de nuevo, pero esta vez explicando su rango profesional y a qué se dedican.

Las caras y el tono de voz cambian: se ponen serios. Incluso alguna vez me he encontrado con personas que ni siquiera saben definir muy claramente a qué se dedican. Hacer el ejercicio mentalmente, y veréis como os ocurre lo mismo.

Es importante disfrutar y sentirse orgulloso de lo que cada uno de nosotros hace en su trabajo. Solamente así seremos felices y, siendo felices, es como más se produce, como mejor se vive y como mejor nos encontramos con nosotros mismos.

La paliza del viaje a Albarracín fue grande. Sin darnos cuenta, nos pegamos una caminata de cuidado en aquella bella ciudad. Sin embargo, los tres estábamos radiantes por todo lo que habíamos visto; y eso que no fuimos capaces de poder ver todas las fotos. Hicimos casi 300 en la ciudad.

Esa noche decidimos cenar en el mismo parador y, lo más curioso de todo, es que fue ocurrencia de mi hijo; parecía que ya no le importaba la ausencia de hamburguesas en Teruel y estaba dispuesto a caer rendido ante el jamón y los otros embutidos de aquella tierra. Revivimos prácticamente todo el día con pelos y señales: el miedo que pasamos en la carretera, que si eran muy bonitas pero llenas de curvas, y muy estrechas, nos reímos sobre cómo nos pesaba a todos el culo subiendo las cuestas de Albarracín y, lo mejor de todo, el sello que nos pusieron en Gea en ¡una panadería!. Yo creo que la pobre mujer que nos atendió no sabía ni quién era el Cid.

Lo cierto es que sin pensarlo, empezamos a planificar para el siguiente año como acabar el camino por tierras de Zaragoza, Burgos y Guadalajara. Es decir; nos estábamos poniendo un nuevo reto. Ya no queríamos los salvoconductos del camino; queríamos el pergamino oficial que demostrara que habíamos hecho el camino completo del Cid Campeador.

Realmente resulta gratificante ver que la ilusión que pones para un simple viaje se transforma en alegrías producidas por sitios nuevos, personas que hemos conocido, monumentos o paisajes que hemos visto por primera -o incluso por segunda vez- en nuestra vida y, sobre todo, la capacidad de generar ilusión por continuar con esa sensación.

Y eso que todavía no habíamos terminado había un par de pueblos de Castellón que queríamos reconquistar de regreso a Gandía; de manera que tuvimos que retocar nuestros mapas y planes porque nos esperaban Onda y Jerica; sitios que, a la postre, fueron magníficos e imprescindibles para nuestro objetivo

Yo pensaba que nunca me podría acostumbrar a madrugar, pero lo cierto es que coger el AVE a las 6 de la mañana ya no se convirtió en un suplicio para mí. Las tres horas que muchas veces las pasaba directamente durmiendo, -o terminando cosas pendientes-, daban un sentido nuevo a este proyecto.

Además, al final tenía ganas de ver al cliente. Resulta curioso pero, coger cariño a un cliente no es bueno, porque pierdes perspectiva. A lo mejor eran los años, porque la gerente del proyecto si que estaba cogiendo perspectiva; pero de una forma muy dura. Se acercaba el final del proyecto, y había que hacer las evaluaciones y auditorias pertinentes y yo, -por primera vez-, había decidido no participar.

Estas acciones son duras y difíciles de llevar a cabo pero, si realmente quieres que “tu equipo” crezca, lo debes de hacer. Ella había estado en otras, y tenia capacidad y talento suficiente para hacerlo; así que no tendría por qué salir mal. Es más; para mí el simple hecho de que ella cogiera toda la responsabilidad, ya me dio el triunfo -independientemente del resultado de las auditorias.

Además venían otros compañeros suyos y ahora ella tenia que hacer de jefe, y eso resulta muy complicado, porque siempre nos gusta criticar y decir cómo nuestro jefe debería de hacer las cosas; pero cuando nos toca a nosotros lo vemos de otra forma. Ella tenía capacidad para hacerlo, pero yo sabía que iba a fracasar en este punto. No obstante, ese fracaso -a la larga- le serviría de gran ayuda.

En la vida no se avanza solo con éxitos. Es más; creo que los éxitos no te ayudan mucho. Sin embargo, un golpe o fracaso puntual, te pone en tu sitio.

No obstante, este proyecto seguía siendo el mejor de todos los que habíamos hecho hasta el momento, y eso me hacía disfrutar mucho de él.

 

4 thoughts on “Episodio V: Disfrutando de las Vacaciones”

  1. Domingo, estoy contigo en que se aprende de los fracasos propios. Y cuando esto sucede es importante tener alrededor personas que te pregunten “¿qué ha pasado?” en vez de “¿qué has hecho?”, personas que te den la confianza para explicar abiertamente el error, que te ayuden a entender lo que se ha hecho mal, para que éste sea un aprendizaje y no una sensación de culpabilidad.

  2. Domingo, estoy contigo en que se aprende de los fracasos propios. Y cuando esto sucede es importante tener alrededor personas que te pregunten “¿qué ha pasado?” en vez de “¿qué has hecho?”, personas que te den la confianza para explicar abiertamente el error, que te ayuden a entender lo que se ha hecho mal, para que éste sea un aprendizaje y no una sensación de culpabilidad.

  3. Domingo, estoy contigo en que se aprende de los fracasos propios. Y cuando esto sucede es importante tener alrededor personas que te pregunten “¿qué ha pasado?” en vez de “¿qué has hecho?”, personas que te den la confianza para explicar abiertamente el error, que te ayuden a entender lo que se ha hecho mal, para que éste sea un aprendizaje y no una sensación de culpabilidad.

  4. Domingo, estoy contigo en que se aprende de los fracasos propios. Y cuando esto sucede es importante tener alrededor personas que te pregunten “¿qué ha pasado?” en vez de “¿qué has hecho?”, personas que te den la confianza para explicar abiertamente el error, que te ayuden a entender lo que se ha hecho mal, para que éste sea un aprendizaje y no una sensación de culpabilidad.

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