Ayer mismo, comentábamos Domingo y yo cómo han cambiado las cosas en orden a los contenidos de las conferencias y seminarios que se imparten últimamente. Si recordáis, -hace algún tiempo-, los seminarios sobre informática iban exclusivamente dirigidos al manejo de herramientas, o a la presentación de una determinada plataforma, sistema operativo, lenguaje, etc.
Hoy las cosas han cambiado. Tanto en entornos de empresa, como en los más directamente relacionados con TI, la principal motivación de los contenidos y los ponentes son las personas. Muchas veces hemos insistido desde el Proceso Social en este sentido, y parece que la tendencia afianza nuestro convencimiento.
Esa es la línea que queremos seguir en el blog: reforzar la confianza en las personas como principal motor de la especialización en TI. Técnicos al modo renacentista; con especialización, pero sin llegar a convertirse en fedayines de las herramientas, los programas, o los sistemas de una determinada plataforma de software.
El absolutismo informático es tan negativo como el desconocimiento de los procesos y las malas prácticas en TI. Hace muy poco, analizando una herramienta de business intelligence, me di cuenta de lo poco que se interesan las empresas desarrolladoras por contemplar el paradigma de fondo. Las herramientas son, tan sólo, una mínima parte de la planificación necesaria para abordar un proyecto de business intelligence; pues dan por cumplido un supuesto erróneo: que las tendencias son progresivas, cuando no está contrastada la fiabilidad de los datos. Hoy día, todo cambia en cuestión de horas; lo primero, los resultados. Eso es por hacer prevalecer los datos sobre las personas. Un reto imposible: conseguir programar modelos de comportamiento humano, y hacer predicciones sobre ellos.
Es por eso que cobran sentido todas las actividades dirigidas a potenciar el desarrollo personal; tanto a nivel de técnicos, como de empresarios y emprendedores. Actividades como el coaching, la formación, el management, y tantas otras dirigidas a descubrir y encauzar aptitudes y actitudes personales, que tienen especial relevancia a nivel profesional. No podemos olvidar que, en la esencia de cualquier trabajo, priman las relaciones entre personas; lo que a mí me gusta reconocer como “habilidades sociales”. Carecer de habilidades sociales es una determinación segura hacia el fracaso para cualquier profesional de cualquier oficio. ¿Se puede hacer un programa informático para potenciar las habilidades sociales? Facebook ó Twitter no me sirven; sólo ponen de manifiesto las que ya posees.
Nunca olviden que, como decía Elbert Hubbard: “Una máquina puede hacer el trabajo de cincuenta hombres corrientes, pero no existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajo de un solo hombre extraordinario”. Hay que estar preparado para saber cómo desarrollar ese trabajo.
No se trata de hacer prevalecer ninguna técnica de desarrollo personal sobre otras. Cada persona debe adoptar la que mejor se adapte a sus intereses y circunstancias personales. Como dice mi querido Maestro, Santiago López Navia: “Hay libros –como “El Quijote”- que tienen muchas lecturas. Una para cada persona. A veces, incluso ninguna”. Bien; apliquen este principio y descubran cuál es su técnica de desarrollo personal. En las conferencias se puede aprender mucho sobre ello; sobre todo, observando al ponente en su implicación y manera de desarrollar el contenido.
¡Qué razón tienes Luis! Me ha encantado tu post.
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Excelente reflexión Luis. A ver cuando nos damos cuenta que lo importante son las personas. Como dice el gran Domingo «un tonto con una herramienta sigue siendo un tonto»
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Excelente reflexión Luis. A ver cuando nos damos cuenta que lo importante son las personas. Como dice el gran Domingo «un tonto con una herramienta sigue siendo un tonto»
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