Patada Ágil

“Una de las películas más famosas de los 80 fue sin duda alguna “Karate Kid: el momento de la verdad”, y si sus personajes, especialmente el Sr Miyagi, fueron entrañables e inolvidables, no menos lo fue el momento de la famosa patada final (¿quién no lo ha intentado alguna vez en su vida?). Pues bien esa técnica es llamada “Técnica de la Grulla”, pero oficialmente es “Crane Technique”, aunque realmente no existe en la realidad, es más bien parte del movimiento de una kata, y que Ralph Macchio necesito como un mes para ejecutar perfectamente”.
Hace ya casi un año que mi querido y admirado amigo @javier Garzas me propuso hacer un monólogo sobre: “Cómo influye el cine de los 80 en los equipos informáticos de hoy en día” dentro del evento anual que se celebra en España cada año: la PAM, (https://profile.es/blog/peopleware-agile-management-2018-episodio-iv/) y  que titulé “dar cera pulir cera” (https://youtu.be/9RTSxkhnkhE).
Evidentemente dejé claro desde el primer momento mi preferencia por “Karate Kid”, y quise hacer un homenaje a la película pidiendo al final de la charla que todos los asistentes se pusieran de pie haciendo la “técnica de la Grulla” y que dieran una patada a lo según ellos les sobraba en la Agilidad.
Sé que resulta muy difícil creer que casi 500 personas se pusieran de pie, pero sucedió y de hecho os adjunto la foto. Además, he de decir que casi unos meses después lo repetir en el evento de “VLCSofting 2019” en Valencia con el mismo resultado.

Tal fue el éxito de esta situación que días después les pedí a todos los que quisieran que me enviaran de manera secreta: “el motivo de su patada”, y que yo a cambio escribiría un Post explicando cada uno de ellos.
Bueno ahora quedan unos pocos días para la celebración de la PAM 2019 (https://peopleware-agilemanagement.com/) y creo que debo de llevar a cabo dicha promesa que por motivos laborales no he podido hacer antes. Así que lo primero de todo disculpar el retraso, espero que haya merecido la pena la espera.
La respuesta más TOP fue: “Yo doy mi patada a los tristes”.
Esta me hizo ilusión porque creo que fue un pequeño homenaje a mi, que me considero el identificador y demoledor de tristes en las empresas, pero lo que es cierto que los cambios y los nuevos hábitos o formas de trabajar deben ir acompañadas de cierta alegría, de cierto entusiasmo por descubrir una nueva forma de hacer las cosas, y esta claro que en la actualidad mucha gente esta para pocos experimentos, !pero ojo¡, por miedo, no por otra cosa.
Esto me lleva a otra que tuvo también muchos devotos: “mi patada se la doy a gilipostureo”.
La verdad es que prefiero una persona que no quiera cambiar, a una que me diga que si a todo, que me anime a tirar hacia adelante con todo lo que conlleva, y que al final siga con sus “Gantt” y su “cascada encubierta”, que como oí hace poco es un nuevo tipo de agilidad. Curioso.
Esta patada lleva asociado también cierto tufillo a los post-it desmedidos, a poner tableros por todas partes, o lo que es peor, a poner paneles y llamarlos tableros o incluso Kanban, o de repente mezclar en la misma frase Agilidad, Lean y Design Thinking.
Otra patada interesante fue “para los que hablan de agilidad y están pendientes de un Excel todo el día”.
Aquí ya nos adentramos en el cambio cultural de los equipos y de las organizaciones. De nada me sirve crear sprints o retrospectivas si tenemos que cumplir con el “Excel de turno”. Esta claro que una cultura ágil de verdad no sólo significa cambios en los equipos de desarrollo, sino que también debe significar cambio en los hábitos  de gestión de la empresa.
Y esto me sirve para la siguiente patada: “para las organizaciones que piensan que la agilidad sólo es para los equipos de desarrollo o informática”.
Esta para mi es de las más significativas. No me cansaré de repetirlo nunca: de nada sirve que desarrollemos de manera ágil, si el departamento comercial se está comprometiendo en hacer entregas en fechas concretas e inamovibles en base a un “pseudo documento de requisitos”.
Me llamo la atención a la patada “para los gerentes que no dan autoridad a los equipos de desarrollo”.
Siempre se ha dicho que debemos ser responsables en nuestro trabajo, pero hay determinadas tareas, y en Tecnología se me ocurren bastantes, en las que además deben de darnos Autoridad. La palabra Autogestión todavía no esta inmersa en el vocablo español de las empresas, y creo que ahí tenemos mucho trabajo de evangelización.
Otra patada curiosa era “para los agile coachs”.
Esta la entiendo muy bien porque es una de mis favoritas que además comparto. La palabra “Coach” en el ámbito empresarial y tecnológico va asociado al concepto de entrenador deportivo. De hecho, Pat Riley en su época de entrenador de los Lakers fue el primero en introducir este concepto. Curiosamente en una época en que no habían nacido casi ninguno de los que ahora estudian Coaching, como salida a tener un trabajo, no por vocación, y que se basan en unas técnicas de reflexión para momentos de tranquilidad que poco tienen que ver con los innumerables momentos de tensión que se viven en un desarrollo de software a lo mejor con un espacio temporal de horas.
Para ir terminado he dejado para el final esa patada “para los ignorantes que sin estudiar dicen estupideces continuas sobre la agilidad”.
Esta me hace gracia porque tuve la ocasión de vivir la experiencia de tener una jefa que “quiso proponer como innovación suprema el uso de la agilidad para los desarrollos como alternativa a la calidad ya que según ella el manifiesto ágil decía que no hay que documentar las aplicaciones cuando se usa Scrum.” (citado literalmente)
La verdad es que esa declaración me impactó, y pensé que era propio de alguien sin estudios, o sin la preparación suficiente (leer, asistir a eventos, Meetups…), pero en los últimos años dándome alguna vuelta por twitter o por Linkedin veo que este grupo es más numeroso de lo que yo pensaba.
De hecho, creo que debemos de abandonar el concepto de “ser políticamente correctos” y empezar a señalar a estos individuos, que sin pudor, y sobre todo sin experiencia, lanzan estas declaraciones.
Bueno creo que después de tanta patada me duelen un poco las piernas, pero lo cierto es que no podemos bajar la guardia ni un momento. El miedo al cambio, el miedo a perder trabajos, a perder posición dentro de una empresa o de un simple equipo, convierte a personas normales en personas acomplejadas.
No bajemos la guardia y sigamos entrenando como si el mismísimo señor Miyagi fuera nuestro entrenador, ese si que era un coach de verdad.

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