Llevo mucho tiempo dándole vueltas a este Post, ya que el tema del curriculum, tan de moda hoy en día, nunca ha terminado de gustarme como lo estamos planteando en nuestra sociedad.
Sigo detenidamente muchos Blogs, fantásticos, de Recursos humanos donde semana tras semana escriben personas que nos aconsejan, bastante bien por cierto, como debemos escribir el CV, que formato debe tener, que debemos poner y que no, etc.. Obviamente destaco por encima de todos el de mi amigo Iñaki Gonzalez (@goroji), quien es su Blog http://sobrevivirrhhe.blogspot.com.es no sólo enseña sino que divierte explicando y dando muy buenos consejos.
Sin embargo sigue sin gustarme el enfoque que nosotros mismos le damos, y os explico porque.
Lo primero de todo es que desde mi punto de vista el CV debería ser nuestra Bitácora la cual tenemos que actualizar y alimentar “día a día”.
Aquí esta el primer punto: generalmente escribimos, o lo que es peor, actualizamos el CV cuando lo necesitamos, es decir cuando nos hemos quedado sin trabajo. Ahí empezamos a recordar cosas, y a hacer una especia “de cut and paste” cutre, que termina en verdaderos desastres.
Lo segundo es que no priorizamos lo que ponemos en el CV, es decir, empezamos a escribir todo lo que se nos ocurre y como buenos españoles “es mejor que falte que no que sobre” y muchas veces a lo que nos lleva esta actividad es a poner información nada relevante.
Y lo tercero que yo destacaría es la “terrible” herencia cultural para que escribamos en pasado y no en futuro. Es decir, siempre escribimos lo que somos y lo que hemos hecho, nunca lo que queremos ser y lo que nos gustaría hacer.
Algunas veces he contado que cuando doy una charla y tengo que presentarme siempre uso una slide en “tres dimensiones”: la primera dimensión indica “como me gano la vida”, es decir donde trabajo y que hago.
La segunda, que para mi es la más importante, es la que indica como me actualizo. Dando o recibiendo clases, dando ponencias, escribiendo blogs o artículos, escribiendo libros, viajando.
Y la tercera, no menos importante y por la que generalmente me recuerdan, es la que indica en que me gasto el dinero que gano. Mis aficiones, mis pasiones mi familia, mis hobbies.
Estas son las tres dimensiones que me definen como persona. Esa idea para mi antigua, de que dotar de solemnidad el curriculum creo que ya ha terminado. Si nos mostramos como personas quizás nos traten igual, y quizás nos ofrezcan trabajos como tal.
No solo tenemos que cambiar nosotros, este cambio debería empezar por los departamentos de recursos humanos, que confunden ser graciosos (o parecerlo) con modernizarse.
Con este enfoque el linkedin pasa a ser lo que realmente es, una herramienta de apoyo que nos sirve para “automatizar” este proceso tan importante en nuestras vidas.
Dar un par de vueltas a este enfoque.
Una vez más, «¡ahí le has dao!».