Jefes… ¿administradores, gestores o líderes?

Aunque la palabra jefe no me gusta especialmente, la voy a utilizar en este post.
Me gustaría saber cuántas veces ocurre que al frente de los equipos, hay un jefe administrador en lugar de un gestor o un líder, ¿cuándo tenemos un gestor cuándo en realidad se necesita un verdadero líder?. En suma, ¿se tiene suficientemente en cuenta este aspecto del perfil cuándo se eligen o se valoran los responsables de equipo?.
No pretendo decir que un perfil sea mejor o peor que el otro. Cada uno se requerirá según el tipo de equipo a liderar y sus objetivos. Para un equipo cuya tarea sea absolutamente rutinaria y dónde no se requiera ni se desee iniciativa en la ejecución, es muy probable que el perfil adecuado sea el de jefe administrador. Todos los perfiles son necesarios, por supuesto.
Atreviéndome a intentar una breve definición de ellos, veo el perfil jefe administrador como aquél que hace que el equipo ejecute las tareas eficazmente, tal como están establecidas, sin innovación, de manera que podría estar muchos años repitiéndolas, siempre de la misma manera y premiando el hacerlas según mandan los cánones.
Al jefe gestor lo definiría como el que es capaz de conseguir, además del cumplimiento de la tarea, una dosis de innovación, al que se pregunta, y pregunta, cómo se pueden hacer mejor las cosas, que es capaz de motivar al equipo para que tenga iniciativas innovadoras y las premia.
El jefe líder sería aquél que, además de conseguir que el trabajo se realice y se potencie la innovación, transmite y contagia ilusión por los objetivos, orgullo de pertenencia al equipo y satisfacción plena por los logros.
Realizadas estas definiciones, tan discutibles como se desee, vuelvo a la pregunta inicial: ¿tenemos a cada uno en su sitio?. Y para saberlo, antes precisamos contestar otra pregunta previa:
¿sabemos que perfil necesitamos para cada equipo?.
Es esencial en nuestras organizaciones que sepamos elegir bien cada caso. Debe ser enormemente decepcionante que perfiles líderes, quizás con alto potencial empuje, estén dirigiendo equipos que simplemente deban ser administrados. O muy estresante que de perfiles tipo administrador se esté esperando capacidades y acciones propias de líderes o gestores.
Hemos de poner mucha atención en este aspecto que es uno más de los que nos llevan a organizaciones fracasadas y equipos desmotivados. Tan malo es quedarse corto como pasarse de frenada.
En consecuencia, fijemos bien la necesidad y elijamos cuidadosamente el perfil para que la distancia entre expectativas, de uno y otro lado, y realidades sea cada vez más corta.
La pelota, como casi siempre, está en nuestro tejado.
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