A fin de ser bien rico, me conformaré con poco

Como viene siendo habitual Francesc Baldirá escribe hoy sobre algo tan interesante como esos ricos que nos aparecen por todos lados, incluso en nuestros trabajos.
 
La frase no es mía pero me acompaña desde que un entrañable familiar, Jaume, nos la dejó como parte de su legado. Nunca he dejado de recordarla desde hace más de 30 años.
Él tenía un decálogo propio, del que nadie conocía su existencia hasta poco después que desgraciadamente nos dejara demasiado pronto, y su última máxima era ésta: “A fin de ser bien rico, me conformaré con poco”.
¡Cuánta filosofía encerrada en una frase bien corta!. Y cuántas aplicaciones le podemos dar a nuestra existencia diaria ¿verdad?. Es fácil encontrarlas ya sea en nuestra vida social, familiar y laboral. En éste último aspecto es en el que me gustaría que reflexionemos juntos por unos minutos.
Pienso en algunos casos de avaricia consumada, de personas con poder que siendo capaces de liderar nuestro futuro hacia el bien común, lo hacen en el suyo propio. Gentes que acaparan poder, dinero y estatus para satisfacción de su ego “a fin de ser bien ricos”, en un sentido muy distinto del que encierra la frase de cabecera de este escrito. Individuos que si dedicaran su talento  a procurar un mundo laboral mejor, que se “conformaran con un poco menos”, podrían con su poder, capacidad e influencia, mejorar el clima de las organizaciones y el bienestar de nuestras empresas y nuestra sociedad.
Pero no es así, por ahora. Siguen acaparando y acaparando poder y prebendas, sin darse cuenta que cada vez se van a sentir más vacíos, más pobres y más solos. Y en ese afán, que se alimenta a sí mismo, prostituyen su entorno atrayendo más y más personajes como ellos.
Así no vamos a ningún lado.
Esta brecha creciente entre esos pocos que acumulan y el resto se ha hecho ya demasiado grande. Demasiado grande para que todos sientan que una parte del barco es suyo y que remar con pasión y entrega les va a llevar al puerto deseado.
Pido a todos, pero especialmente a los que lideran y dirigen, a los influyentes, que rectifiquemos el rumbo, que empecemos todos juntos a desterrar esa otra máxima que nos domina y que podría resumirse en “lo que es bueno para mí, es bueno”. Esa no vale. Ya se están demostrando sus perniciosos efectos en nuestras organizaciones.
Es en esta tesitura que retumba con fuerza el principio de mi estimado y sabio Jaume. Confórmate con poco para ti, o con un poco menos.
Si das es cuando realmente te llenas porque recibirás con creces lo invertido en los demás. Seamos generosos en nuestro entorno laboral, ayudemos a los demás, preocupémonos cada día un poco de las necesidades del que tenemos al lado.
Olvidemos nuestras propios deseos y ambiciones por un rato. Así seremos más ricos, de verdad.
 
Mensaje: A fin de ser bien rico, me conformaré con poco.
 

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