Escribir el Post número cien

Hace más de un año, pensé que estaba un poco harto de quejarme y de oír quejarse a los demás. Y no solamente eso, sino de la forma de hacerlo: casi diría yo que a escondidas. Es decir en la máquina de café, en el metro, en los pasillos y casi siempre por detrás.
Luego también vi a muchos “opinadores” que hablaban dependiendo de lo que les beneficiaba, o de sus propios intereses; eran las personas políticamente correctas o responsables como se autodenominan.
Curiosamente todos ellos lo hacía de palabra, es decir, sin “dejar huella” ni prueba alguna de lo que decían, teniendo incluso algún caso de desdoblamiento de personalidad, es decir a mí me decían una cosa pero luego depende del sitio momento o acompañantes decían otra.
Quizás por todo eso me decidí a no imitar a aquellos de los que tanto me quejaba y a hacer algo diferente: escribir mis opiniones. Hacerlas públicas y aguantar o bien los aplausos o sino las críticas. Como mi idea era constructiva, pensé que cualquiera que fueran las opiniones me valdría para crecer a mí mismo. De manera que comenzó mi aventura como bloguero y con el proceso social.
Los más optimistas no me dieron más de cinco post y con una duración media de quince o veinte días entre post y post; los tristes me dijeron que no valdría para nada y que ni siquiera lo conseguiría; y los que me querían callaron por si acaso; saben que podría hacerlo.
Casi sin darme cuenta después de aquel primer post sobre los informáticos, he llegado al número cien; y eso es motivo de alegría. Casi sin darme cuenta cada semana mi atención a mi entorno se multiplica buscando esa frase, esa anécdota o ese comentario que alguien me hace para rápidamente transformarlo en un post para compartir.
COMPARTIR. Esta es mi primera motivación para escribir todas las semanas; mis sensaciones, mis alegrías o mis decepciones quiero compartirlas con el resto de personas. Según vosotros mismos me habéis escrito o dicho en directo a algunos les ha servido para replantearse alguna situación, a otros os ha hecho reflexionar sobre una manera equivocada que no veíais en vosotros mismos y a otros para mira hacia otro lado.
Algunos, bastantes diría yo, me habéis dicho que los post os hacen sonreír.
SONREIR. Hoy en día conseguir que alguien un lunes por la mañana sonría con lo que tú has escrito es mucho más de lo que puede pretender a día de hoy cualquier persona. Hacer llorar es fácil pero hacer reír es dificilísimo. Nunca pretendo burlarme de nadie, pero si intento ironizar de manera que la sonrisa sea la acción que dispare esa duda en nuestro cerebro.
Esa ayuda que nos anime a pasar a la acción y mejorar.
MEJORAR. El proceso social nunca ha pretendido dar lecciones magistrales, pero nunca se ha quedado sólo en la denuncia, siempre hay una propuesta para llevar a los lectores al cambio de observador, a tratar de ver otro punto de vista que motive o incite al cambio. Entiendo que sólo con el cambio continuo se puede llegar a mejorar nuestra forma de vida y no solo a tener una vida ahora sino en un futuro de calidad.
CALIDAD. Como la leche Pascual para mí la Calidad es mi razón de ser; no tengo ninguna duda y ni siquiera en estos momentos en que parece que esta palabra “no vende” sigo defendiéndola a capa y espada. Siempre absolutamente siempre hacer bien las cosas debe ser lo mínimo que podamos exigirnos a nosotros mismos primero y luego al resto de las personas, a nuestros equipos.
EQUIPO. Nunca he pensado en la vida profesional como un ermitaño, no tengo ninguna duda que del esfuerzo del conjunto es de donde pueden venir los éxitos, el trabajo en equipo ya no es una ilusión sino una realidad absoluta, ninguna empresa puede pensar en su futuro sino lo hace a través de sus equipos; los números y los Excel son las herramientas o las consecuencias, pero el motor esta en los equipos, ahí es donde hay que poner la gasolina y no en los números.
Compartir, sonreír, mejorar, calidad, equipos…podría seguir utilizando más palabras que indiquen el objetivo del proceso social, pero creo que estas cinco resumenr perfectamente mi sentimiento en este año.
Cien no deja de ser un número al fin y al cabo; a muchos les parecerá un logro increíble, a otros les seguirá pareciendo una tontería, para mí solo es un escalón especial que supero, y que forma parte del camino que he comenzado hace tiempo.
Miro a mí alrededor y la verdad es que poco ha cambiado, sigo viendo a los opinadores igual, “cacareando” pero sin escribir. Opinando pero sin “mojarse”, bueno es interesante identificarles.
Y en verdad debo agradecérselo, porque de alguna manera su toxicidad y su negatividad irradiada a toda la sociedad me mantiene alerta y me inspira para que al menos durante otras cien semanas sigamos viendo nuevas formas de mejorar y crecer; por un lado de manera sistemática (PROCESO) y por otro lado como personas (SOCIAL).
Gracias a todos.
 
Regla nº100 “Lo que cuenta no es el comienzo, si no como se acaba”

8 thoughts on “Escribir el Post número cien”

  1. Gracias a tí Domingo.
    Tus posts y opiniones no son políticamente correctos, pero si son un aguijonazo todas las semanas para despertar conciencias. Sólo por eso ya merece la pena leerlos. En el fondo eres un Sócrates moderno, ý crearás escuela.

  2. Gracias a tí Domingo.
    Tus posts y opiniones no son políticamente correctos, pero si son un aguijonazo todas las semanas para despertar conciencias. Sólo por eso ya merece la pena leerlos. En el fondo eres un Sócrates moderno, ý crearás escuela.

  3. Gracias a tí Domingo.
    Tus posts y opiniones no son políticamente correctos, pero si son un aguijonazo todas las semanas para despertar conciencias. Sólo por eso ya merece la pena leerlos. En el fondo eres un Sócrates moderno, ý crearás escuela.

  4. Gracias a tí Domingo.
    Tus posts y opiniones no son políticamente correctos, pero si son un aguijonazo todas las semanas para despertar conciencias. Sólo por eso ya merece la pena leerlos. En el fondo eres un Sócrates moderno, ý crearás escuela.

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