El Fútbol y las Empresas

Muy poca gente desconoce porque el deporte del fútbol es tan popular; casi todo el mundo piensa que es por las estrellas del balón, otros piensan que es por el apego a la ciudad o el barrio o incluso a la nación, pero la verdad es que esa pasión que lo hace denominarse “el deporte rey” no es ni más ni menos que por su tremendo y cruel parecido con la vida.

Nosotros en la vida tenemos unas reglas que cumplir, horarios, circulación, señales, roles, organismos etc…, en el futbol hay dos tiempos de 45 minutos, dos equipos de 11 jugadores, 1 arbitro, etc… Aunque a veces hay tiempos extras, a veces se suspende el partido o a veces nos quedamos con uno o dos menos durante el partido.

Pero la parte más cruel son los resultados y el esfuerzo; entrenar bien y duro no te asegura ganar, puedes ser el mejor y “tener un mal día”, puedes jugar muy bien y que te anulen un gol legal, pero otro día te dan uno ilegal.

Unas veces haces tú la mano y no la pitan y en otro partido se lo hacen al contrario, hay partidos que ganas por bueno y otros por suerte y también los pierdes; o bien por goleada merecida o por un fuera de juego injusto. Unos fines de semana el árbitro pita a tu favor y otra no ve nada. Algunos equipos compran partidos y otros mucho no.

Los premios se los llevan los delanteros aunque los porteros paren todo, un fallo de la estrella en puerta de gol se perdona, una cantada del portero no se olvida; cuando los resultados van mal siempre echan al entrenador, los presidentes suelen ser personas ricas que usan el futbol para sus negocios y los aficionados son los que tiran del carro.

Una derrota puede marcar a una generación, y una victoria levantar un país.

Si lo vemos de esta forma, nos daremos cuenta que los “partidos” que jugamos en nuestras empresas son parecidos, la “afición” que nosotros llamamos “clientes” deberían pagar por nuestros servicios, los presidentes se ponen la medalla de los éxitos pero sus despachos están en la planta más alta del edificio (¿quizás para estar más cerca de sus clientes?, sin embargo si no jugamos bien se van a ver a otros. Nadie en TI trabaja la fidelidad.

Aquí si las cosas van mal al entrenador le ascienden y se cargan a los jugadores, y los árbitros son personajes invisibles, nadie les hace caso.

Para jugar los futbolistas entrenan a diario durante toda la semana, en las empresas estudiamos una vez y ya nos vale para siempre, somos genios y nuestros directivos más. Por favor vayan ahora mismo a enterarse de cuantas horas ha empleado su jefe en formación en los últimos tres años, y escriba el comentario al Post con el número.

El futbol tiene divisiones de profesionales, amateurs y aficionados; en el mundo empresarial todo el mundo es profesional, hasta los que acaban de terminar la carrera, y lo que es peor se denominan empresas algo que en el deporte se conoce como “pachanguitas”, empresas sin ideario, sin visión y con una idea para exprimirla y sacar todo el dinero lo más rápidamente posible.

Porque aquí no interesa el título, el coraje o la dignidad, solo la pasta, la rentabilidad y el éxito a muy corto plazo.

Llegados a este punto miren a su alrededor y hagan las alineaciones, identifiquen a esa persona que va a vestir de manera diferente y que mientras todos juegan con el pie el lo hace con la mano.

Piensen quien va a ser la última línea en defender esa puerta y la primera en arrancar el ataque, quien es el cerebro de su equipo, DE SU EQUIPO! No de su empresa, luego hay que pensar en los delanteros, y las estrellas. Quien tirara las faltas? Y los penaltis?

Pero algo más importante, ¿está la gente preparada para sentarse en el banquillo?, y ¿quién será el entrenador?.

Llegados a este punto muchos pensaran es que el deporte es una cosa y la empresa es otra; no lo creo a ver si nos va como nos va porque todos estamos queriendo meter gol, parar la falta, estar en el banquillo o simplemente es que no tenemos un entrenador sino quince.

Evidentemente que a nuestro presidente lo que le interese es construir casas en vez de ganar los partidos también puede influir.

Pensarlo bien y a lo mejor mañana os cambiáis de periódico y compráis el As; tiene una gran cosa, y no es la foto de la última página; en un periódico deportivo las buenas noticias si son noticias.

Regla nº72: “¡A por ellos OE, a por ellos OE!”.

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