69: Un Buen Número

Tranquilos; que nadie se ponga nervioso por el título, no damos ningún editorial en el blog, simplemente llegamos al post número 69, y me ha parecido curioso resaltarlo de esta manera.

Resulta paradójico, como dijo John Lennon hace mucho tiempo que vivimos en una sociedad donde matamos delante de todo el mundo y nos escondemos para hacer el amor; cuando debería ser al revés, pero insisto no desviemos el tema, realmente yo quiero hablar de la constancia en el trabajo que hacemos.

Cuando empecé la aventura del Blog mucha gente apostó por un tres semanas como mucho, la disciplina, el orden y la comentada constancia casi todo el mundo la ponía en duda; es curioso la falta de mensaje capacidad o conocimiento, cuando realmente ahí es donde está la parte la más dura.

Pero es que yo creo que nuestro estilo de vida nos lleva a ser vagos o al menos perezosos, que nunca he sabido muy bien la diferencia entre ellos. Empezamos medianamente fuertes, empezamos a relajarnos y a estirar el tiempo. En el sector informático esto resulta gracioso; empiezas un proyecto de programación el día 1 de mayo con una planificación para terminar cuatro meses después, es decir el 31 de Septiembre, y a los tres de días de empezar el proyecto vas y preguntas -¿cómo vamos? Y alguien te responde -¡bien! (versión de educada de la otra expresión), y tu vuelves a preguntar -¿pero cómo de bien?, y entonces el tono sube – ¡joder que bien esto lo acabamos en nada de tiempo¡

De este fragmento de conversación se desprende rápidamente que estás hablando con informáticos, porque no usan datos ni expresiones concretas, bien, mucho poco, nada… Pero si por un suponer algún integrante de la conversación tiene algo de luces y dice algo como –pero vamos cuanto es bien? ¿Qué porcentaje llevamos? Rápidamente alguien va a decir algo ya legendario como -¡estamos al 85%!

Esta situación, que por supuesto no se comprueba, los informáticos somos personas de palabra, lleva a una euforia prematura peligrosa; ya que se empieza a pensar en acabar antes de tiempo, en ir a proponer hacer más cosas porque vamos sobrados, o incluso (gran error) a presumir delante de alguien.

Lo malo y grave del asunto es que se produce un misterio propio, y nunca tratado, en Cuarto Milenio que es lo que ocurre con el 15% restante que no solamente no se cumple en los tres meses y medio restantes del proyecto, sino que no se cumple en la vida. Y lo más misterioso del tema: no pasa nada y además el cliente nos vuelve a contratar. Bueno eso en parte se llama Mantenimiento del software y es el verdadero negocio del que actualmente viven el 90% de las empresas (y muy grandes) que se denominan “de servicios TIC”, es decir de acabar lo que prometieron hacer hace tiempo, ellos u otros, o bien de arreglar o mejor dicho, parchear lo que nunca se hizo bien o simplemente no se probó.

Por eso lo importante siempre no es el comienzo sino el fin; a mí siempre me ha hecho gracia ver en algunas grandes empresas boletines de información fanfarroneando de haber conseguido proyectos, al igual que ocurre en las revistas informáticas, pero ¿no os habéis dado cuenta de que nunca ha salido una noticia anunciando que se ha terminado con éxito un proyecto?

Por ello para mí la fase de planificación es mucho menos importante que la de seguimiento y que la de entrega del producto. Sin embargo conozco equipos de Calidad angustiados por e rellenar el plan de proyecto inicial, con sus hitos, sus responsables, y que sin embargo miran de reojo los seguimientos. Claro está que esos equipos de Calidad solo tienen el nombre, se les debería llamar “burócratas de la calidad” en vez de gestores, ya que los verdaderos gestores están durante la ejecución.

Y la entrega también es importante porque el verdadero éxito de la calidad existe cuando el cliente nos vuelve a contratar por el trabajo realizado NO PAR A QUE LO TERMINEMOS, sino por la calidad del trabajo realizado REPITO. Claro para eso hace falta una visión y cultura que no está a la altura de los directivos “cuenta garbanzos”  y “peseteros” que existen tanto en los clientes como en las empresas de servicios.

De hecho no hace falta nada más que mirara cualquier tipo de subasta u oferta de alguna gran empresa donde lo que prima es bajar el “precio” ya que se da por hecho que el trabajo será una ruina y como eso ya se acepta, pues al menos que nos salga barato.

El camino que hacemos es lo importante, la constancia de hacerlo y cada vez un poquito mejor la obligación, de manera que voy a quitar importancia al número 69 ya que me quedan muchos Post por escribir, y lo voy a convertir en lo que realmente es: “un numerito”.

Regla nº69: “Lo importante no es empezar sino terminar, y estar arriba o abajo tampoco importa, es tu calidad lo que realmente marca la diferencia».

 

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